La maraña que envuelve el sicariato y amedrentamiento sindical por el control de cupos y de contratos es un problema complejo con múltiples tentáculos, el cual "no es fácil eludir " y que toca a contratistas y subcontratistas de la construcción de grandes y hasta de pequeñas obras, tal como lo refieren algunos contratistas y subcontratistas que, por razones obvias, no se identifican. Fuentes consultadas por Emen vinculadas a obras privadas y públicas "pues en la mayoría de los desarrollos el Estado subcontrata personal y maquinarias" , refieren que en la mayoría de los casos los contratistas deben someterse a grupos que imponen a los trabajadores. "Tienes que contratar a tal o cual y por tanto tiempo… muchos contratistas no ven en esta práctica una presión, pues ya saben que así se maneja el negocio. Ellos tienen seleccionada su gente y te dicen a quién contratar", relató la fuente. Los informantes −haciendo la salvedad que no están interesados en denunciar ni señalar a ningún sindicato−, sostienen que el problema de origen está en la complicidad y en las prácticas poco transparentes de los dirigentes sindicales que ganan mucho dinero al "lograr amarrar en varias obras sus obreros, pues les cobran una cuota por la entrada al trabajo y un porcentaje semanal, dependiendo de lo que ganen". Señalan que estos grupos que amedrentan a contratistas llegan en nombre del sindicato "agarrándose el arma en la cintura, sobretodo en obras del interior, en Barinas, por ejemplo, se da mucho está practica", son delegados menores de los sindicatos u obreros sindicalizados que reciben un pago por este trabajo de visitar a los contratistas; pero nunca se presentan los representantes de la directiva del sindicato. A partir de allí, se inicia la mafia de asesinatos por encargo y terrorismo que puede extender sus tentáculos hacia diversos actores de la cadena. Al contratista o subcontratista, cuando acepta la visita de un grupo de "delegados sindicales" primero, que otro que también quiere ubicar a su gente. Las fuentes refieren que las muertes por encargo a los obreros se da en algunos casos cuando unos le pagan mejor a los "sindicalistas"; cuando prefieren a un obrero y no a otro; para amedrentar a los grupos busca−cupos y que abandonen la búsqueda de cupos en determinada obra, que saben que va a durar más tiempo y les reportará mayores beneficios, pues los obreros le pagarán semanalmente hasta que termine la construcción. Un dato relevante que refieren, es que los dirigentes sindicales ubican en las obras "a los más duros", los nombran delegados y los entrenan para negociar los cupos; allí se da otro detonante, pues entran en juego, las rencillas entre mafias de obreros enfrentados por control y cupos y por estar al lado de "los más duros". Cuando se producen asesinatos por esta variante, normalmente, según las fuentes, son reseñadas en la prensa como que "lo mataron para robarle una moto o en un atraco y no se vinculan policialmente como sicariato en construcción". No obstante, admiten también que se dan casos de algunos contratistas que apoyan a esta suerte de capos, pues a través de ellos, contratan seguridad de los mismo vende−cupos. Intervención Pedro Euse, secretario general del Movimiento Obrero y Sindical del Partido Comunista de Venezuela (PCV), sostiene que uno de los principales problemas que hacen aún más complejo el problema, es que la dirigencia sindical abandonó la formación de un movimiento obrero de la construcción con conciencia clasista. Por ello, según apunta, los trabajadores de la construcción y dirigentes sindicales de ese sector no ven más allá de los beneficios económicos que les reporta la venta de cupos y se hacen de la vista gorda. "Por supuesto que no les interesa denunciar, eso les tumbaría el negocio". Euse, quien también es coordinador nacional de Unete añade que el Estado debe intervenir a través de trabajos de inteligencia y con acción policial más efectiva, pues por la impunidad, el hecho de que cuando se produce un asesinato y no se hace nada, no se resuelvan policialmente los casos, se está abandonando el problema. Dijo que una solución que propone el PCV, es incluir en la reforma integral de la Ley Orgánica del Trabajo (LOT) una cláusula donde no sean los sindicatos los que determinen el porcentaje de trabajadores que se deben contratar en obras de construcción. "Esto se originó porque en el contrato colectivo único del sector construcción hay una cláusula donde se establece que 75% de los cupos de trabajo por obra los deben administrar los sindicatos. Ahí empieza la distorsión". Beatriz Caripa bcaripa@cadena−capriles.com
El Mundo
27-01-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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