lunes, 13 de febrero de 2017

Guanape II

Puente Guanape II

Negamos la ciudad. Aquella que define espacios productivos, formas de relación, centros de animación cultural y de desarrollo del conocimiento y    

GRACIELA FLORES

Con el colapso del puente en Guanape revivimos la tragedia del 99

La comunidad señaló: Desplome del puente Guanape II pudo evitarse. Desde 2006 denunciamos la fractura de su estructura. Igual están Guanape I, Macuto y otros más.

El Ministro afirmó: El puente Guanape II se encontraba en perfecto estado y total funcionamiento, antes de caer; no hubo movimiento sísmico alguno.

El Gobernador comentó: Uno no puede estar todo el tiempo revisando. Se cayó y vamos a investigar en profundidad. ¿Tal vez un sabotaje?

“Revivimos la tragedia del 99”. Mas de 100 mil personas quedaron incomunicadas; algunas caminaban por la playa; una lancha transportaba la tripulación de una línea aérea al aeropuerto, otros pasaban en moto, los menos pulían la nueva estatua. Mientras tanto, las autoridades se encontraban “buscando las soluciones coyunturales y estructurales del tema”. Puente de guerra, relleno, trocha, puente de concreto; en fin… cualquier cosa que comunique.

Lo anterior es solo una muestra de nuestro particular Macondo. Vargas desde el deslave nos recuerda la narración que Otero Silva hacía de Ortiz, cuando su población moría de paludismo y “familias enteras, huían despavoridos, dejando la casa, los enseres, las matas del patio, el perro. Desde entonces la población adquirió ese atormentado aspecto de aldea abandonada, de ciudad aniquilada por un cataclismo, de misterioso escenario de una historia de aparecidos… marchaban también de vuelta, al paso lento y desgonzado de los que no quieren llegar a donde van”.

 Ortiz asemeja el triste presente de buena parte de las ciudades venezolanas de la actualidad: abandonadas, sucias y violentas. Con escuelas y hospitales sin mantenimiento alguno y faltos de insumos básicos. Carentes y/o deficientes de servicios y de planificación. Tristes, desoladas y pobres como su población desesperanzada, que además hurga en la basura por mendrugos de comida.

Ciudades desgastadas, que no propician el dialogo, mucho menos el disfrute del espacio público. Ciudades donde abundan los ojos que atemorizan, que todo lo ve. Donde no se puede hablar mal, pero la violencia reina.

Negamos la ciudad. Aquella que define espacios productivos, formas de relación, centros de animación cultural y de desarrollo del conocimiento y estilos de vida. La que permite la formación de capital humano y social. Las que representan renacimiento económico y cultural.

Un llamado de atención a las autoridades a cargo se hace perentorio. La ciudad requiere planificación, atención y mantenimiento. Demandan servicios y equipamientos de calidad. Ellas son el reflejo de la buena o mala gestión del gobierno y la sociedad en su conjunto, que en algún momento pasara factura. Como colectividad es nuestro deber luchar por ella y sus espacios. ¿O será que igual que ante Guanape II asistimos deambulando como fantasmas cansados e impertérritos al desplome de nuestra vida urbana?

Universidad Metropolitana

Coordinación Diseño Urbano                    

mdu@unimet.du.ve

El Universal
11-02-2017
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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