viernes, 10 de febrero de 2017

Filtraciones y deslizamientos amenazan legado urbanístico del 23 de Enero



Vecinos de esta parroquia coinciden en que 80% de los bloques tienen problemas graves de estructura, filtraciones y hundimientos. El deterioro es visible en caminerías, muros de contención, canchas, áreas verdes y escuelas.

DELIA MENESES

100 mil habitantes viven en la parroquia 23 de Enero, donde no hay bancos ni taquillas de servicios públicos. Una comunidad caracterizada por su amplio liderazgo social, con sentido de pertenencia, amplia cultura musical y deportiva
2010 fue el año cuando se realizó un plan remodelación de los bloques del 23. El color predominante en las fachadas pasó a ser el rojo, interviniendo así unas policromías de Mateo Manaure que desaparecieron de este urbanismo patrimonial 
La urbanización concebida y construida por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva cumple 59 años desde que fue bautizada con el nombre de 23 de Enero,  como un homenaje a la democracia. Paradójicamente, su primer nombre, 2 de Diciembre, era un recordatorio de la fecha en la que asumió el poder el dictador Marcos Pérez Jiménez, quien mandó a construir este complejo urbanístico, de 38 superbloques y 42 bloques pequeños (9.176 apartamentos) para solucionar el problema deficitario de vivienda que sufría Caracas y trasladar  a los habitantes de los ranchos a una vivienda digna, bajo el más moderno concepto del confort para la clase obrera, en los inicios de 1950, cuando la ciudad crecía en todas direcciones y trepaba hacia los cerros. 

Hoy, este modelo habitacional que se levantó en 4 años desde 1954 a 1957, y que es patrimonio artístico, arquitectónico y urbanístico de Caracas está en riesgo pues según coinciden vecinos de esta parroquia, 80% de los bloques tienen problemas graves de estructura, filtraciones y hundimientos. El deterioro es visible en caminerías, muros de contención, canchas, áreas verdes y escuelas. 

La aspiración comunitaria es que este urbanismo, inspirado en el modelo de "la Cité Radieuse" del suizo Le Corbusier, pueda ser objeto de un plan integral de recuperación. Con más de cuatro décadas viviendo en el 23, Celia Fernández considera que más allá del maquillaje que ha recibido la parroquia con pintura y grandes vallas, "cuando te metes al 23 por dentro hay fallas de infraestructura y descuido". 

"La basura se ha convertido en una cruz así como la falta de mantenimiento. La parte de atrás de los bloques se transformó en acopio de desechos.Es un tema de voluntad política, de volver a encontrarnos, es una cuestión de ciudadanía no de colores políticos".

Recuerda con nostalgia el rico movimiento cultural, deportivo y comunitario de esta parroquia. "En el Gimnasio Libertador entrenaba la selección de Venezuela y por el estadio Chato Candela pasaron grandes profesionales del béisbol. Se promovían muchas actividades para los jóvenes. Hoy vemos cómo las competencias deportivas fueron sustituidas por competencias entre bandas armadas o contradicciones como que una actividad infantil esté custodiada por una de estas bandas". 

El verdor que rodeaba a los bloques del 23 se llenó de barrios y actualmente, dice Fernández, las canchas deportivas están descuidadas en el Mirador y muchas zonas de la parroquia que se convirtió en el primer lugar de Venezuela en ser declarado territorio libre de analfabetismo.

Javier González tiene 10 años viviendo en el bloque 13 de Montepiedad y piensa que, a pesar de ser una de las parroquias mejor planificada y urbanizada en su momento, las autoridades no han tenido una política acertada de remodelación de fachadas y mantenimiento de los servicios.

"Lo único donde se ha venido trabajando es en la sustitución de ascensores como un programa del Gobierno de Distrito Capital. Hay bloques como el 9, cerca del Rincón del Taxista, que la comunidad ha denunciado que se está hundiendo por un problema de aguas servidas. La crisis se evidencia en la inseguridad, fallas de iluminación, estacionamientos deteriorados, canchas deportivas y parques en mal estado, lo que alimenta el ocio de los jóvenes". 

Ha sido una parroquia históricamente catalogada como de izquierda, pero que ha cambiado bastante, dice González, pues en las elecciones parlamentarias de 2015 la oposición logró un candidato allí. "La comunidad del 23, que siempre se caracterizó por su intensa actividad social y comunitaria, ahora poco participa por el miedo y el amedrentamiento, pero se expresó a través de voto". 

El peligro es latente en la zona F donde la calle y el bulevar se están cayendo por filtraciones que vienen de los bloques 37, 38 y 39. "Frente al bloque 40 se fue el cerro completo. Necesitamos la acción de los organismos competentes porque la vía está al aire, ya no hay acera, y por ahí pasan los metrobuses y tránsito pesado, en cualquier momento puede haber una tragedia", dice Lucía Jiménez, con 37 años viviendo en la zona.

Recuerda que el bulevar era una área increíble donde las familias paseaban los domingos y ahora está abandonado, "este espacio era de lo mejor que tenía el 23 ya casi nadie trota allí porque les da miedo. Frente al Inavi también se cayó el cerro en la zona F", precisa Jiménez y agrega que las filtraciones que existen por doquier en los bloques "tienen a la gente nerviosa porque piensan que si ocurre un temblorcito la estructura se puede venir abajo". 

Iconos del 23

Museo Histórico Militar (1910), llamado Cuartel de la Montaña, fue la primera Academia Militar de Venezuela y la más grande de Latinoamérica. En el museo hay objetos, armas, uniformes y artículos militares de los siglos XIX y XX. El proyecto arquitectónico fue desarrollado por el ingeniero Alejandro Chataing. El presidente Hugo Chávez dirigió desde allí la intentona militar del 4 de febrero de 1992, lugar donde ahora reposan sus restos mortales. 

Estadio Chato Candela (1968) se convirtió en el primer campo de béisbol con luz artificial en el país. Este campo es reconocido como una importante escuela en la cual se han formado reconocidos deportistas que se destacan en el béisbol profesional. Después de varios meses de inoperatividad en 2012 fue recuperado por el Gobierno de Distrito Capital

Observatorio Cagigal (1888), lleva su nombre en homenaje a la memoria del Coronel de Ingenieros Juan Manuel Cagigal, fundador de la Academia de Matemáticas en 1830. Construido en la llamada Colina de Quintana comenzó a funcionar con equipos rudimentarios, un pequeño sismógrafo y un telescopio cedido por el Sr. Henry Lord Boulton, adquirido a la Casa Bardou de París y que recientemente fue restaurado. En la década de los 30 comienza a radiodifundirse la Hora Legal de Venezuela, con señal generada en el Observatorio, lo cual sigue siendo hoy uno de sus distintivos más conocidos.

Capilla La Asunción, uno de los ejemplos de la arquitectura religiosa más importante del siglo XX es esta capilla del 23 de Enero, que hizo Carlos Raúl Villanueva. Una pieza barroca, misteriosa y moderna, metida en la retícula urbana. La estructura simula la forma de un acordeón, que va en curva ascendiendo.

Liceo Manuel Palacio Fajardo  (1959) fue el primer instituto de educación secundaria que existió en el 23. En 2006 se abrió a la formación en oficios y ofrece título de técnico.











El Universal
22-01-2017
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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