“Es lógica la situación que atravesamos, pertenece a un ciclo de mercado que simplemente se ha prolongado”, fueron las palabras de apertura de Arturo Facchin Olavarria, especialista inmobiliario, en la conferencia “Valor razonable de un inmueble: escenearios de alta incertidumbre económicas y jurídica, caso Venezuela”, desde la Cámara de Comercio de Maracaibo.
El espacio de debate auspiciado por la Sociedad de Ingenieros de Tasación de Venezuela (Soitave) y la Cámara Inmobiliaria del Zulia presentó los perfiles económicos que intervienen en la compra y mueble de propiedades a través de sus actores: propietarios, compradores e inmuebles.
Según el experto se deben identificar los rasgos de valor y mercado de inmueble para ponerle precio a una casa. “Los tasadores no imponemos valor de inmueble, simplemente somos agentes externos que observamos el panorama y eso es lo que le ofrecemos a nuestros clientes”, explicó.
Las dinámicas básicas hicieron una radiografía del auditorio. “El mercado inmobiliario en el país no tiene buen síntoma en su tipología de alquileres, y ese es el pilar fundamental de la compra y venta de las propiedades”, reveló Facchin.
“La responsabilidad de los agentes inmobiliarios es conversar más con sus clientes, que están preocupados porque su patrimonio se les va de las mano, pero tampoco se debe complacerlo. Somos investigadores de mercado y por ello debemos hacer cumplir la norma, pero dentro de las realidades económicas”, aseveró el conferencista al definir el mercado negro.
Los síntomas de un mercado volátil son enmarcado con la escasez de inmuebles y la demanda de propiedades.
Una de las criticas hacia el sistema de corretaje es las nuevas normativas de registro y protocolarización de la documentación que ha abierto espacios para la malversación.
“No todo lo que está en las páginas web es el verdadero mercado inmobiliario, hay que validar ese precio”, fue una sentencia que dejó entre ver la mala praxis de los agentes de inmueble.
Asimismo se señaló como un disparate a ciertas leyes que generan incertidumbre política como la Ley de Arrendamiento que en Carabobo tasa un 28% menos el valor de las casa.
La dolarización de inmuebles es otro de los grandes errores que cometen los vendedores para favorecer al mercado.
“No sucumban a la venta en dolares. Estamos en Venezuela y los precios son en bolívares. Hay factores como la liquidez monetaria o las regulaciones de Cencoex, Simadi y tantos más que perjudican nuestra participación en el mercado y estamos confundiendo la formula”, acusó el ponente.
La actualidad
“En 2008 era posible comprar una vivienda popular por 50 mil bolívares, un equivalente a 76 salarios mínimo. Hoy por hoy lo logramos con 139, pero teniendo en cuenta que somos iguales al valor del metro cuadrado en Panamá”, concluyó el especialista. Un balance de los indices inflacionarios, de los niveles de producción nacional y del poder adquisitivo del ciudadano desmitificó el “estado de crisis” que vive el país, “debemos investigar, ser observadores y cumplir con los procesos para no caer en mentiras”, apuntó.
Andrés Boscán
Fotos: Rafael Bastidas
Noticia al Día
08-12-2016
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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