lunes, 20 de junio de 2016

"Cultura Urbana" escasez y gobernabilidad



FÉLIX CORDERO PERAZA

El crecimiento de la raza humana es uno de los más preocupantes problemas del mundo de hoy. La superpoblación es causa y efecto de los grandes cambios sociales, culturales y políticos. Genera economías de aglomeración y se transforman los enfoques, los modelos y métodos, producción, comercialización y distribución de alimentos, medicinas, bienes y servicios. Manuel Castell la llamo “La Cultura Urbana”. La cual modifica hábitos, costumbres, actitudes y en general la conducta del hombre en sociedad. Las regiones del mundo que más aportan a este crecimiento son América Latina, África y Asia. En el siglo XIX, según las Naciones Unidas, sólo el 10% de la población vivía en ciudades. La conferencia mundial sobre el futuro de las ciudades calcula que para el 2025, dos tercios de la población vivirán en ciudades.

Deseconomías de aglomeración
En Venezuela, mientras tanto para comienzos del siglo XXI, según INE, tenía alrededor de 23 millones de habitantes. Hoy, unos 30 millones son sus habitantes y casi la mitad vive en la franja centro-norte costera. Allí se encuentra el 64% de los establecimientos industriales y más del 70% del empleo. Y es así, porque el modelo económico demanda mercados concentrados. Sin embargo, la población alcanzada en las principales ciudades –Caracas, Maracaibo, Valencia, Maracay, Barquisimeto– generan las llamadas deseconomías de aglomeración. Que trágicamente degradan la calidad de vida, multiplican los problemas y aumentan los déficit en los servicios públicos.

Desabastecimiento
Estas deseconomías hacen inviable la satisfacción de las necesidades colectivas e individuales. Son las ciudades donde actualmente más se sienten los actuales déficit de alimentos y medicinas. Y donde el bachaqueo, la es- peculación y el desabastecimiento se sienten con mayor rigor. Aquí las colas son más largas y la desesperanza de la población raya con los límites de una explosión social que pareciera inevitable. Este modelo de desarrollo crea alta dependencia de la provincia con la región capital y succiona hacia Caracas más que los excedentes económicos. Un modelo centralista presente en toda su historia republicana. La Constitución primigenia de 1811 fue federal e integró al país con provincias independientes y autónomas. Influenciada por el sentido autónomo que le dieron los españoles a los cabildos y por los principios de la Revolución Francesa y Norteamericana.  

Estados y municipios sin competencias
Luego de la etapa de la independencia la Constitución de 1830, que refunda la República, después de la separación de la Gran Colombia, fue consecuencia de un pacto entre centralistas y federalistas. Se instaló un Estado Centro Federal que luego fue desvirtuado hacia la autocracia y el autoritarismo. Y se dio inicio al enfrentamiento entre los caudillos regionales –terratenientes y jefes militares– y la oligarquía tradicional caraqueña. Lucha por el poder. Venezuela es prácticamente un campo de batalla durante el siglo XIX. Más del 80% de la población es agropecuaria, distribuida en caseríos, pueblos y plantaciones. Azotada por epidemias, pobre y analfabeta. Una dictadura seguía a otra dictadura. Se mantuvo hasta 1857. Cuando vuelve aparecer el Estado federal en la Constitución de 1864, divide territorial y políticamente a la nación en 20 estados y les da autonomía. Estableció el voto directo, universal y secreto. En el transcurrir de los años poco a poco le fueron quitando las competencias a los estados y municipios.

Burocracia centralista
El Estado centralista y presidencialista ha seguido hasta nuestros días. Y hoy, nunca como antes, a los estados y municipios les han arrebatado sus más importantes competencias y funciones. Quedaron para el cumplimiento de la nómina y la realización de pequeñas obras públicas y para la administración de servicios públicos como el aseo urbano, la distribución de agua a la población, los cementerios y plazas y áreas verdes. La educación y la salud pública en manos del Poder Ejecutivo nacional. Un aparato burocrático sin espíritu de servicio público. Administrado incompetentemente, descoordinado, carente de eficaces sistemas de procedimiento, y control externo, indisponibilidad de información actualizada, carencia de presupuestos programas, estilos y conductas personalistas, incongruencia entre lo programado y lo ejecutado e ineficientes recursos financieros.

efecepe2010@gmail.com
fcordero@eluniversal.com
@efecepe2010

El Univesal
19-06-2016
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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