La fuerza de voluntad para realizar una tarea es importante. Pero quizás más aún, lo es la perseverancia en las acciones que estamos realizando, que forman parte de una sucesión de tareas que estamos llevando a cabo diariamente. Por ejemplo, un estudiante universitario que tiene que sumar créditos e incorporar conocimientos para poder llegar a su meta: la licenciatura. En el trabajo de un directivo que aspira a ser un líder, también estará buscando aquellos secretos que siempre se han estado persiguiendo en cuanto al largo camino del éxito. Las personas siempre se han formulado preguntas de cómo conseguirlo. La cuestión sorprendente es que, si consideramos la vida de una persona, es casi seguro que durante año, la respuesta ha estado a su alcance.
¿Qué es lo que hace que la gente busque maneras diferentes de encontrar el éxito en su vida?
Se aferran a las últimas modas y las técnicas más novedosas, todo con la esperanza de capturar la magia que ven en otras personas que ya han alcanzado alguna notoriedad y cierto grado de éxito. Emulan los que creen son los modelos más fuertes, los estudian y se esfuerzan en seguirlos. Emular a una persona de éxito puede al principio parecer tarea sencilla, pero en los hechos es mucho más complicado de lo que parece. Son muchas las razones por las que la persona emulada ya había encontrado el largo camino del éxito. Sin duda, una de ellas habrá sido la perseverancia.
Los estudios científicos revelan que este aparente “misterio” que es emprender el camino del éxito, no necesariamente es una cuestión que únicamente se base en el talento, la inteligencia, así como tampoco depende únicamente de la creatividad ni la estrategia. Como los vientos de cambio siguen agitando las aguas, la cuestión de lo que se necesita para alcanzar el éxito sigue siendo tan importante hoy como siempre. Curiosamente, la respuesta a esa pregunta también es la misma que la gente se formulaba hace un siglo. Entre las características de las personalidades exitosas de inicios del siglo XX o de un líder destacado en 2015, existen patrones comunes, pero uno de ellos también probado por la ciencia, es la perseverancia.
El éxito en cualquier nivel requiere la capacidad para seguir adelante, para ejecutar un plan, para perseverar, en suma, para seguir en el proceso en el que se está trabajando. Mantener el mismo rigor. Digamos que, mantenerse en línea dentro de lo planificado, ir cubriendo etapas y re-planificar nuevos objetivos, se convierte en un indicador de éxito.
Martin E. P. Seligman ha llevado a cabo una serie de estudios en la Universidad de Pennsylvania, habiendo demostrado que aquellas personas que perseveran son más propensos a alcanzar el éxito que los que no lo hacen o no pueden. Seligman afirma que “a menos que sea un genio, no creo que nunca se pueda lograr éxito más allá de sus competidores sin contar con un atributo como es la perseverancia“. Lee Colan, en su libro “Stiking to it: the art of adherence” (Pegarse a ello: el arte de la adherencia), ha probado a través de varios años de investigación de personas y equipos que alcanzaron el éxito, que todo puede sintetizarse en tres cuestiones básicas:
La focalización.
La competencia.
La pasión.
Para focalización nos da algunas orientaciones:
Mantener nuestra meta visible en todo momento. Esto implica tener presente lo que estamos haciendo y no perder de vista el horizonte.
Un exceso de preocupación puede arruinar el enfoque. La clave está en reducir al mínimo el tiempo entre su primer pensamiento preocupado y su primera acción para atacarlo.
Controlar la tecnología. No debemos dejar que la tecnología nos controle. En el mundo altamente conectado de hoy, es imprescindible definir límites alrededor de su tiempo. Que los mails, llamadas, WhatsApp, etc. no le obsesionen, interrumpan y dominen sus acciones. Un nuevo mensaje no implica tener que cambiar el enfoque de lo que estoy accionando en este momento. La asistencia permanente (un exceso de información) puede desdibujar su enfoque.
En cuanto a construir la competencia:
Ir siempre dos pasos por delante. La acción que se está implementando no tiene que tener visión limitada. Siempre tiene que estar preparado para el siguiente paso. Acertar en este momento preciso, en un presente que me está dando satisfacciones, no garantiza que se acierte mañana mismo, por algún cambio que sí habría que haber tenido en cuenta.
Estandarizar los pasos cuando los procesos sean iguales o similares. Cuando se va a realizar una tarea más de una vez, crear una lista de control o un formulario (plantilla) para ahorrar tiempo y mejorar su eficiencia en el medio plazo.
Hacer las preguntas apropiadas. La forma más rápida de cambiar las respuestas que recibe, sean las que nosotros nos hagamos o la de los demás, es cambiar las preguntas. Aquello que los filósofos enseñan de que cuando una persona aprendió todas las respuestas, se encontró que le cambiaron las preguntas, es una manera práctica de obtener nuevas y buenas respuestas para las acciones que debe implementar.
Respecto a encender la pasión:
La fuerza gravitatoria de su pensamiento. Hemos explicado en ocasiones anteriores, que la teoría del “path dependence” es la prevalencia de nuestras experiencias pasadas que nos condicionan nuestras decisiones presentes. De manera más simple, siempre nos vemos atraídos por un pensamiento dominante que nos hace mover (nuestras acciones y decisiones) hacia el punto en el que creemos que es dónde debemos movernos (ir). En dónde está la verdad. El que creemos es el camino a seguir. Ahora bien, cuando la intuición nos produce esa sensación especial que a veces es difícil de explicar, pero que nos está advirtiendo de que algo está por ocurrir, sea bueno o malo, no cabe duda que estamos dejando actuar a nuestra parte emocional. Científicamente está probado que existe una reacción emocional cuando advertimos que vamos en buen camino, del mismo modo que si nos damos cuenta del riesgo (peligro) cuando estamos transitando un camino equivocado. Cuando se está seguro de que se va en la dirección correcta, todos estos factores emocionales hay que saber utilizarlos para volver a ver nuestro objetivo y fijarlo en nuestra mente. Es importante fijar una imagen y también una palabra o expresión que la sintetice. Por ejemplo, “somos los segundos del ranking”, lo que hace que toda la pasión no se contente con mantener este puesto, sino querer ser los primeros. A continuación, utilizar la imagen, palabra o elemento que se seleccione como un recordatorio constante de la meta que nos hemos impuesto. Se activará una respuesta emocional, mostrando la meta en nuestra mente y hay que empezar a moverse más rápido hacia esa meta. Marco Aurelio (emperador y filósofo) decía: “Nuestra vida es tal como la construyen nuestros pensamientos”.
Autocontrolarse. No está demás preguntarnos cada día si hemos hecho lo que teníamos previsto hacer y si ha dejado un impacto positivo. Pero es más. Si se trata de acciones que se proyecten hacia el futuro (nuestro nuevo proyecto), la pregunta sería: ¿tendrán nuestras acciones un impacto positivo y duradero? Si la respuesta es que no, entonces hay que volver a revisar las acciones, asegurarnos de que los procesos están siendo escrupulosamente respetados y que se está en el buen camino, por lo que hay que seguir perseverando. Podemos errar una y otra vez, lo que no significa que no podamos alcanzar el éxito. Pero lo que no cabe duda, es que la perseverancia debe operar y seguir operando cuando la adversidad nos ha invadido, para sacarnos de ese hundimiento emocional que produce la sensación de fracaso. En cuanto se haya podido salir de ese bache, también será la perseverancia la que nos impulse y poco a poco vaya alimentando de nuevo la motivación. Sin duda, los líderes efectivos están altamente motivados. Pero antes de ello, han sido perseverantes.
José Luis Zunni es Director Edición Online ECOFIN. Miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Coordinador académico de la Red e Latam. Conferenciante. Ponente de Seminarios de Liderazgo y Management de la EEN y coordinador del FORO DE MANAGEMENT Y NUEVA ECONOMÍA DE LA EEN. Analista de la realidad actual y especialmente en los aspectos económicos, políticos y sociales, Experto en Management y formador de directivos y profesionales en las técnicas de liderazgo.
Eduardo Rebollada Casado es miembro de la Junta Directiva de Governance2014. Autor y conferenciante. Consultor y analista de la realidad social, política y económica. Co-autor con José Luis Zunni de más de 100 artículos de Management y liderazgo
Escuela Europea de Negocios
03-06-2015
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