viernes, 14 de agosto de 2015

Beneficiarios de Misión Vivienda desconocen cuándo y cómo deben pagar por sus inmuebles (II)

Beneficiarios de Misión Vivienda desconocen cuándo y cómo deben pagar por sus inmuebles (II)
Un apartamento en Misión Vivienda en Caracas cuesta alrededor de 550 mil bolívares Foto: Wil Riera - Foto: Wil Riera

El Banco Nacional de Vivienda y Hábitat gestiona el Sistema Nacional de Protocolización y Cobranza

Por:
LORENA MELÉNDEZ G.

Viven sin títulos de propiedad y a veces ni siquiera saben en qué banco pueden pagar por sus casas y apartamentos. En esta segunda entrega, Contrapunto documenta qué pasa después de que una familia se muda a un urbanismo del Estado

El 9 enero de 2011 ocurrió un hecho que cambió la vida a quienes hoy habitan los urbanismos de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) de Samán de Güere, en la avenida Francisco de Miranda de Caracas. Ese día, el entonces presidente de la República, Hugo Chávez, declaró la expropiación de los terrenos que Empresas Polar tenía en la parroquia capitalina de Antímano, luego de que miembros de la Comunidad Socialista Amatina los invadieran para construir sus inmuebles. Ese día supieron que ellos podían hacer lo mismo en su municipio.

“Después de esa expropiación, el Presidente solicitó a las comunidades que se organizaran y ahí empezamos. Somos 492 familias que venimos de varios consejos comunales de Petare. Comenzamos a hacer lo pertinente y aquí estamos”. Así resume María Milagros Reyes un proceso que duró cuatro años y que aún continúa. Lo hace desde el apartamento de 70 metros cuadrados que hace unos meses le entregaron las autoridades dentro del espacio de casi 30 mil metros cuadrados que comprendía el estacionamiento del Bingo Premier, en Boleíta Sur, y que ella y su grupo tomaron en agosto de 2011.

La Ley de Emergencia para Terrenos y Vivienda, aprobada en enero de aquel año, hizo posible que se materializara un conjunto de edificios en lo que comenzó como una invasión. El 16 de agosto de ese mismo año, varias decenas de personas ingresaron a los terrenos de la Francisco de Miranda que habían sido propiedad de José Avelino Goncalves, quien se había fugado del país luego de ser señalado por haber puesto en funcionamiento un casino ilegal en ese mismo espacio. Seis días después de la toma, los del Samán de Güere, conocidos como colectivo Maca Socialista en aquel entonces, entraron nuevamente al área con fuero legal.

“Los primeros días nos cacerolearon, nos tiraban huevos, piedras, nos decían ‘invasores’. Una vez a mí me lanzaron una botella desde un edificio, que si me la hubiesen pegado en la cabeza, me matan. Hubo una noche en que un hombre loco disparó también desde esas torres (..) Mientras ellos nos insultaban y nos decían groserías, nosotros los aplaudíamos y les decíamos ‘no somos invasores, somos sus vecinos’”, cuenta Reyes, quien efectivamente se convirtió en vecina de sus detractores.

En el sitio había galpones que fueron acondicionados por los invasores. Les hicieron baños y llevaron sus pertenencias para quedarse allí a vigilar el lugar. Las 30 cabañas previamente edificadas en el sitio se dispusieron para quienes tenían mayor necesidad: los damnificados de la vaguada de 2010. El resto de las familias, provenientes de barrios como 5 de Julio, Carpintero y Maca, vivían -y aún viven los que faltan por adjudicar- en condiciones de hacinamiento con otros familiares, o alquilados. Estos eran mayoría.

“Fue una pesadilla el tiempo de espera, pero ya cuando uno tiene la llave en la mano olvida lo que vivió”, señala Yaisy Grimán, otra de las voceras del urbanismo. No fue sino hasta mayo de 2013 cuando finalmente comenzó la construcción de las torres de cuatro pisos que los albergaría. En julio del año pasado se entregaron los primeros apartamentos, no sin que antes vivieran un trago amargo: al menos 15 familias, con niños y personas con discapacidad, invadieron las viviendas recién construidas. Horas después, los desalojaron.

Deudas pendientes

Un año después de aquella entrega, los habitantes de Samán de Güere no saben cuándo empezarán a pagar sus nuevos techos. A estas alturas, no les han informado cuál será la entidad bancaria que les hará el préstamo para cancelar los 550 mil bolívares que le adeudan al Estado por su inmueble.

La desinformación no sólo impera en los urbanismos más nuevos de la GMVV. Habitantes de algunos que inauguraron antes de que Chávez muriera tampoco han comenzado a pagar. Éste es el caso de Manuel (quien no quiso dar su verdadero nombre), uno de los residentes de los edificios del complejo del Puente de Los Leones, ubicado en La Paz, que fue entregado a sus actuales propietarios en diciembre de 2012. Dos años y medio después de haber llegado, comenta que todavía “no han dicho nada sobre los pagos pendientes”, aunque sí se cancelan servicios como agua y electricidad.

Para el momento en el que Manuel entró a su apartamento, ya había una entidad que debía encargarse de recibir las cuotas de las deudas. La Gaceta Oficial Nº 39.865, con fecha del 13 de febrero de 2012, estableció que el Banco Nacional de Vivienda y Hábitat (Banavih) sería el encargado de “la elaboración, gerencia y coordinación del Sistema Nacional de Protocolización y Cobranza de las viviendas con recursos desembolsados por los entes u órganos del Estado”.

Consulta en esta infografía interactiva los términos del subsidio a los beneficiarios a este programa social y otras cifras clave de la GMVV:
http://162.243.44.42/static/muse/INFOVIVIENDA/index.html


Un año después de aquella publicación, en 2013, el presidente Nicolás Maduro reclamó la necesidad de que las casas y apartamentos de la GMVV se cancelaran pronto. “Hemos entregado 381 mil viviendas, pero nadie está pagando ni medio. ¿Cómo vamos a sostener el gasto y la inversión para los próximos años? ¿Haciendo magia? No. Tenemos que sostenerla entre todos”, comentó el Mandatario en una alocución el 17 de mayo de ese año.

Cinco meses después, el ministro de Vivienda y Hábitat, Ricardo Molina, aseguró al diario El Mundo que más de 70% de los beneficiarios de las unidades que asignaba el Estado a través de la GMVV ya pagaban su techo propio a través de un crédito hipotecario que se descontaba de la nómina de los propietarios o se cancelaba con tarjeta de débito. Contrapunto solicitó una entrevista con Molina que no se concretó para la fecha de publicación de este reportaje.

Adjudicación opaca

Cuando arrancó en 2011 la GMVV, se hizo un censo nacional que permitió determinar que era necesario construir alrededor de 2.700.000 viviendas. Este número corresponde a los jefes de familia, quienes se registraron y aportaron datos de todos los miembros de su núcleo como nombres, cédulas, ocupación y nivel de instrucción.

Tras este proceso comenzó el papel de la comunidad organizada. La antigua página web del programa social indicaba que luchadores sociales, voceros de movimientos populares (ya sean consejos comunales o colectivos), brigadistas del registro y un integrante de la Milicia Bolivariana debían conformar las llamadas cuadrillas que corroborarían esos datos. “En este caso, los viviendo-venezolanos registrados deberán participar en esta etapa organizativa y de asambleas”, reza el escrito. Los beneficiarios entrevistados dan fe de que el trabajo de estas organizaciones les facilitaron el acceso a una casa de la Misión.

Provea indica en su informe que mientras en 2013 se llevaron a cabo 336 asambleas de beneficiarios y se constituyeron 136 comités de Batalla Hugo Chávez, en 2014 este tipo de reuniones se disminuyó a nueve, de acuerdo a la memoria y cuenta de Ministerio de Vivienda y Hábitat.

No hay un documento oficial en el que se especifique cuáles son los parámetros que establece el Estado para adjudicar viviendas a unos beneficiarios antes que a otros. Voceros de varios urbanismos consultados por Contrapunto señalaron que los primeros en recibir inmuebles fueron los damnificados y las familias que tienen entre los suyos a personas con discapacidad. Sin embargo, muchos viven todavía en refugios.

Desplazados por la violencia

Samán de Güere mantiene a sus pobladores completos y más bien se prepara para recibir nuevas oleadas de vecinos. Sin embargo, otros urbanismos ya han despedido a varios de sus primeros miembros. El caso más sonado es el de Lomas de la Guadalupe II, donde cuatro apartamentos fueron desalojados voluntariamente por sus habitantes: los familiares de los nueve hombres masacrados en abril pasado en Ocumare del Tuy.

“Nos fuimos porque teníamos miedo de que tomaran represalias”, comentó a Contrapunto Elisa Urbano, una de las hermanas de cinco de las víctimas de la tragedia en la cual perecieron nueve personas. En el complejo habitacional vivían su madre, sus hermanos, sus sobrinos y ella con sus tres hijos. Los diez sobrevivientes se mudaron todos a un apartamento de dos habitaciones y un baño. “Tuvimos que hacerlo así porque no tenemos a dónde ir”, confesó.

El cambio ha generado un hacinamiento al que no estaban acostumbrados. “Antes de irnos a los apartamentos -en donde apenas vivieron un mes- cada quien tenía su rancho. Esto no tiene explicación. Uno tiene que vivir ahí y es demasiado difícil. Mi mamá está enferma y a veces ve la ropa que era de mis hermanos (fallecidos) y se pone mal”, agregó.

Las pertenencias de los Urbanos aún están en Lomas de Guadalupe II. Intentaron pedir a la GMVV que los cambiaran a otro urbanismo en donde corrieran menos peligro, pero la respuesta fue que la responsabilidad del Ejecutivo con ellos había terminado cuando les entregaron los apartamentos. Si ellos querían mudarse, debían hacer un cambio con algún otro propietario del programa. “El problema es que cuando le nombramos eso por allá a alguien, nadie quiere irse”, afirmó la mujer.

Los antiguos habitantes del complejo tienen miedo de que les invadan sus casas. Llaman constantemente a sus vecinos, quienes responden que siempre hay gente mirando sus apartamentos y preguntando qué va a ser de ellos. Además de ese temor, se suma el de las represalias. “Supimos que la otra vez llegó un carro cerca de donde estamos viviendo ahorita, preguntando por mis dos hermanos que quedaron vivos”, remató Elisa Urbano.

Contrapunto
11-08-2015
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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