La meta de obtener una vivienda propia se convierte en el gran reto para las parejas jóvenes venezolanas, quienes por otra parte también deben sortear los embates de una inflación sin precedentes en la historia de este país.
“Es difícil comprar cuando el dinero cada vez vale menos”, dijeron a Notimex Miguel González y Lina de González, dos trabajadores de la salud que decidieron unir sus vidas hace cuatro años y aún no consiguen vivienda propia.
Relataron que actualmente viven “arrimados” en casa de sus padres, como la mayoría de las parejas jóvenes venezolanas. “Ambos hemos ahorrado cuanto hemos podido, pero los apartamentos están demasiado caros, algunos son transados solo en la divisa norteamericana”.
“Pensábamos que pagaríamos la vivienda con los salarios de ambos. Mi esposa gana seis mil 500 bolívares y yo cuatro mil, pero tenemos tres años ahorrando para dar la cuota inicial y solo tenemos 360 mil bolívares, Nos piden un millón de enganche”, dijo Miguel.
Lina intervino para explicar que incluso establecieron un plan de ahorro con las horas free lance, ya que prestan servicio de enfermería a domicilio, pero ni aun así han logrado reunir la cuota inicial, por lo que la meta de tener vivienda propia se aleja cada día más.
Agregó que los salarios se van fundamentalmente en comida y pasaje. “Tenemos la gran suerte de que no pagamos alquiler, como lo hacen otras parejas casadas, ya que vivimos con los suegros, que son demasiados buenos con nosotros”.
Refirió que el año pasado se metieron en un plan de vivienda, mediante el cual se aparta el inmueble con una cantidad de dinero que se pide prestado a una entidad bancaria. A los dos meses salió la oportunidad de reservar un apartamento con 60 mil bolívares.
Acudimos a un banco del Estado que ofrecía un crédito hasta ocho veces el sueldo de cada uno, pero le aprobaron solo 11 mil bolívares y a su esposo tres mil bolívares, y la explicación del banco fue que daban ese porcentaje porque hay mucha demanda.
“Con esa cantidad no logramos los 60 mil bolívares que se requerían y como nadie nos los pudo prestar desistimos”, indicó la señora González Rodríguez.
Señaló que la posibilidad de adquirir una casa mediante el plan de política habitacional tampoco le fue viable.
“Eso es un engaño, el financiamiento de 500 mil bolívares no alcanza para nada, ya que un apartamento en Caracas no baja de tres millones de bolívares (60 mil dólares al cambio oficial Sicad 2” .
Por último dijo que ella y su esposo están pensando muy seriamente ponerse a construir un rancho (jacal) en cualquier cerro de Caracas, ya que están cansados de vivir arrimados con los suegros.
Plano Informativo
31-10-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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