miércoles, 27 de agosto de 2014

De corazón financiero a edificio en ruinas

La torre de David pretendía ser la parte más visible de un moderno complejo.

Así marchaba en 1991 la construcción de la torre

JAVIER BRASSESCO

Luego de vender la torre del banco Mercantil (la primera "Torre de David" que conoció la ciudad) a mediados de la década del 80, David Brillembourg se hizo el firme propósito de construir un edificio todavía mayor: más alto, más lujoso, más llamativo.

Ese edificio en ruinas, en proceso de desalojo y sobre el cual pende hoy la amenaza de demolición, era el elemento más visible de un modernísimo complejo que no solo pretendía ser sede de Confinanzas y el Banco Metropolitano, sino convertirse en una especie de eje financiero de la capital y el país.

El arquitecto Ricardo Rodríguez Boades, quien trabajó más de diez años en este proyecto, desde que solo era una maqueta hasta que la obra se paralizó sorpresivamente a principios de 1994, cuenta que debido a la diferente zonificación que tenía ese terreno (R10 para la parte que da a la avenida Andrés Bello y R6 para la parte posterior, algo que nunca se pudo cambiar a pesar de todos los intentos que se hicieron ante la alcaldía de Libertador), las edificaciones de menor tamaño eran las que daban hacia Sarría, mientras que la torre mayor, de casi 200 metros y coronada por un helipuerto, se construyó a un lado de la avenida.

El proyecto era de una modernidad tal que no solo tenía piscinas temporizadas, sino incluso un plaza interna con la temperatura controlada. El edificio de la parte posterior, de 16 pisos y dos sótanos fue pensado para hospedar a las personalidades más importantes que visitaran el país.

En cuanto a la torre principal, sus diez primeros pisos fueron pensados para un hotel (y 29 niveles de oficinas y 10 para otros usos), al cual se ingresaba a través del atrio, que en sus 8 pisos tenía comercios, discotecas y un gimnasio en su terraza.

Y aunque el proyecto inicial estimaba que todo el complejo estaría listo en junio de 1994, Rodríguez calcula que en el momento de la paralización de las obras, en enero de 1994, todavía faltaban unos tres años para concluirlo. Aunque la torre principal ya estaba lista en un 90%, del atrio solo estaba la estructura y de la segunda torre poco más que eso.

David Brillembourg murió en 1993 y no llegó a ver cómo este proyecto se paralizaba debido a la crisis financiera y tras la quiebra de Confinanzas. Ni como el edificio de sus ojos, todavía el tercero más alto de la ciudad tras las dos torres de Parque Central, caía en manos del Estado, intentaba ser subastado sin éxito en 2001, era invadido en 2007 y finalmente desalojado en 2014, ya convertido en ruina tras siete años de intervenciones sin ningún tipo de control y con la demolición como destino más probable.

DEMOLER O NO DEMOLER

Como el helicoide, el Sambil Candelaria o el edificio que sería la sede la PTJ en el sector San Agustín, la torre de David se suma a las edificaciones de Caracas que no serán utilizadas para el fin que fueron levantadas.

El ministro Ernesto Villegas ha abogado por su demolición debido a todas las intervenciones que se le hicieron en siete años de invasión y al nivel freático del suelo.

El arquitecto Ricardo Rodríguez afirma que para opinar con propiedad se necesitaría un informe técnico, pero en cualquier caso él recuerda que al demolerla se echar¿¿ian al suelo más de 120 mil metros cuadrados de construcción por un terreno que no llega a 12 mil m2.

PROYECTO INTERRUMPIDO


El Universal
10-08-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
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