"Si quieres un año de prosperidad, cultiva granos; si quieres diez años de prosperidad, cultiva árboles; si quieres cien años de prosperidad, cultiva gente".
Proverbio
La única vez que estuve en China fue hace unos 20 años. Lo hice después de estar en Corea del Sur, con el Programa Avanzado de Gerencia del IESA, que tenía como modalidad un viaje formativo opcional al finalizar el curso.
Aunque parezca inverosímil, hace tan poco tiempo en Pekín, había muy pocos hoteles para turistas. Hoy apenas se hace una pequeña búsqueda en Internet, aparecen más de quinientos disponibles y en China hay cerca de mil rascacielos. La noche que salimos a comer a un restaurant se fue la luz y la ciudad quedó a oscuras por varias horas. Al terminar, sendas carretas, arrastradas no por caballos, sino por personas, nos llevaron a la plaza de Tiananmen.
En el día se sentía al país rural y se observaba a los campesinos a pie cargando los alimentos, en sus trajes típicos. Desde principios de los ochenta, 260 millones de chinos han emigrado del campo a las ciudades. El parque automotor era viejo y lucía arruinado. Un accidente nos llamó la atención, había chocado un auto con una bicicleta con terribles consecuencias para su conductor.
La decisión de ir a Asia tuvo que ver porque en ese momento se hablaba de un milagro económico. De los cuatro tigres del sudeste asiático: Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán. Y de Japón, que según muchos expertos, desplazaría a EEUU de la supremacía mundial. La paradoja, fue que China en muy poco tiempo dio el salto abismal y los superó, constituyéndose en el rival de la primera potencia. En 1990 la economía del Reino Unido era 2,5% veces la de China y hoy esta última es 3,5% veces superior.
Es posible que China para arrancar se hubiera percatado de lo que ya estaba sucediendo en su propio entorno, incorporándolo y mejorándolo. Lo que tendría el actual gobierno venezolano que emular, ante la inflación y el desabastecimiento, es que fenómenos la llevaron a lograr que no haya parado en más de dos décadas de crecer en forma impresionante, con una tasa promedio del 9% y una inflación mínima, que el último año se situó en el 2,6%. Sacando según importantes estudios a más de 600 millones de la pobreza extrema.
En China se produjo un cambio estructural, que abrió ese país al globo. Atrayendo gracias a la seguridad jurídica, a inmensos capitales de las grandes empresas y países del mundo. Cambiando una economía estatizada, por la que hoy los define como nación.
En el último congreso del partido rojo acordaron profundizar el modelo de economía de mercado: abrirse aún más al mundo, liberar el sector financiero, impulsar la competencia, permitir más ganancias de los particulares y enfocarse el consumo interno.
Para los chinos la palabra crisis significa al mismo tiempo oportunidad y eso lo tendríamos que racionalizar en Venezuela. Investigadores señalan que más temprano que tarde, el sistema político también dará un giro de 180 grados. Imponiendo la democracia, el pluralismo político, las libertades públicas y el respeto a los derechos humanos...
oscar.arnaln@gmail.com
El Universal
24-04-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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