Maduro aplica devaluación, alza de precios controlados y recorte de gasto.
La devaluación de la moneda le permite al Gobierno obtener más bolívares por los petrodólares pero al costo de alentar la inflación
VÍCTOR SALMERÓN
Cuando la noche del 14 de abril Nicolás Maduro salió a festejar una estrecha victoria electoral que colocó a la revolución a menos de 2% de la oposición sabía que no comenzaba una luna de miel, al contrario, inevitablemente en medio de la pérdida de capital político tendría que inyectar un paquete de ajuste macroeconómico.
"Muchas cosas tienen que cambiar, yo lo sé. Yo le pido apoyo a todo el pueblo para hacer los cambios que hacen falta para que la Revolución siga un proceso de renovación", dijo el nuevo Presidente como preámbulo a un período en que los correctivos han dejado al país a las puertas del estancamiento combinado con alta inflación, una mezcla que los economistas engloban bajo el término de estanflación.
Las cifras oficiales registran que la inflación acumulada en los primeros tres meses de gobierno de Nicolás Maduro es de 11% y en total en el primer semestre suma 25%, mientras que el crecimiento de la economía languidece y tras avanzar apenas 0,7% en el primer trimestre se encamina a un año de mínima expansión o recesión.
Este resultado es la consecuencia de la profunda devaluación de la moneda, aumentos de precios regulados y recorte en el gasto público, una receta que inevitablemente tenía que traducirse en menos crecimiento y alta inflación.
Testamento y ajuste
El legado de Hugo Chávez incluyó un acelerado aumento del gasto, crecientes pérdidas en empresas públicas y subsidios costosos, al punto de que la administración de Maduro se estrenó con un desajuste entre ingresos y gastos que Bank of America cuantifica en 14% del PIB, imposible de cubrir a pesar de que el precio promedio del petróleo en lo que va de año es de 101 dólares el barril.
De Hugo Chávez, Maduro también heredó más de año y medio sin permitir aumentos en alimentos y productos de cuidado personal con precios regulados que comenzaron a escasear por la caída de la producción y porque los dólares ya no eran suficientes para importar masivamente.
El 8 de febrero, para ese entonces en su rol de vicepresidente de la República y con Hugo Chávez gravemente enfermo, Nicolás Maduro anunció la devaluación del bolívar. El tipo de cambio al que Cadivi vende los dólares para importaciones esenciales aumentó 46,5%, desde 4,30 bolívares hasta 6,30.
Además el Sicad, un mecanismo ideado para complementar a Cadivi, hoy comenzará a subastar dólares a un tipo de cambio que se estima en torno a 16 bolívares por dólar, es decir, más del triple del que tenía el Sitme y el billete verde registra una escalada nunca vista en el mercado paralelo.
De esta manera el Gobierno obtiene más bolívares por cada petrodólar y podrá disminuir el desajuste en sus cuentas, pero alentando la inflación por el aumento en el costo de las importaciones y restándole capacidad de compra al salario de los trabajadores.
A pesar del beneficio proveniente de la devaluación la caja sigue en rojo y también se aplica un recorte de gasto público que Bank of America calcula en 15% después de ajustar el efecto de la inflación y contrastar el período febrero-junio con el mismo lapso de 2012.
Esta poda en los desembolsos del Gobierno se traduce en una economía con poco impulso para crecer porque la inversión privada es mínima.
Tras la devaluación y el recorte de gasto el desequilibrio fiscal cae a 10,9% del PIB según Bank of America. Para cubrir esta brecha el Gobierno recurre a endeudamiento y tiene listo el ajuste de las tarifas eléctricas.
A sincerarse
En materia de precios regulados en mayo se permitió el alza de la carne de res, pollo, leche y quesos. Al mismo tiempo los ministerios de Alimentación, Agricultura, Comercio y Finanzas, entregaron a la Vicepresidencia la propuesta de incrementos escalonados en el costo de diez alimentos básicos, y 29 productos de cuidado personal y limpieza del hogar.
En un entorno donde la devaluación de la moneda es acompañada con incrementos en los productos controlados, analistas y bancos de inversión proyectan una inflación mínima de 44% para este año.
Así Nicolás Maduro cosecharía en su primer año de gestión la inflación más elevada en los últimos 18 años.
PRECIOS EN ESCALADA
El Universal
17-07-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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