En todos los ámbitos de la vida pública el ciudadano ve decaer la calidad
Los apagones cada vez son más normales
JAVIER BRASSESCO
El jueves y viernes pasado dos protestas con un mismo tema colapsaron la ciudad: habitantes de algunos barrios de Petare norte cerraron el paso por el distribuidor Metropolitano.
La falta de agua fue lo que hizo que estos vecinos se decidieran a salir de la calle, pero la verdad es que el motivo pudo haber sido el mal estado de prácticamente cualquier servicio público.
La falta de previsión y planificación ha hecho que merme la calidad no solo en el servicio de agua potable (pues la ciudad tiene hoy más habitantes y recibe menos litros por segundo desde que se construyó Taguaza en 1997), sino también en materia de luz eléctrica, aseo urbano, educación, salud y vialidad. En este último tema ocurre algo semejante a lo recién expuesto: hay más vehículos para unas vías expresas que son las mismas de hace 40 años.
Incluso en materia tecnológica la calidad parece ir en retroceso, pues no se han adquirido las radiobases suficientes que atiendan el crecimiento de clientes en telefonía celular y en internet.
La ciudad parece habérsele ido de las manos a sus gobernantes, pues el crecimiento poblacional (Caracas crece a un ritmo de 1,6% anual) no ha tenido un reflejo en la mejora de los servicios. Lo que ha ocurrido es más bien lo contrario.
HOSPITALES TENDRÍAN QUE DOBLAR SUS CAMAS
La red de hospitales públicos en Caracas (21 en total) dispone de 5.312 camas para una población de 3,67 millones de habitantes, un promedio de 14,45 camas por cada diez mil habitantes, la mitad de lo que existe en Latinoamérica, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Además de las pocas camas disponibles en el servicio público de salud, los hospitales enfrentan el problema de la falta de médicos y posgrados que desaparecen por falta de convocatoria o se declaran desiertos, sobre todo en la especialidad de medicina interna. Esto ha ocasionado el cierre completo o parcial de varios servicios porque no hay residentes.
Caracas además no es ajena a lo que ocurre a nivel nacional: en Venezuela las clínicas disponen de 7.600 camas contra 45 mil de los hospitales, y sin embargo deben hacer frente a 54% de la atención terciaria (especialidades y operaciones).
El sistema está tan deteriorado y sufre tanto por falta de insumos y personal que allí van los que no tienen más remedio. En la práctica, la salud está privatizada.
LA CIUDAD RECIBE MENOS LITROS DE AGUA QUE HACE 16 AÑOS
Hoy Caracas recibe poco más de unos 15 mil litros de agua por segundo, una cantidad que es inferior a los 17 mil litros que le ingresaban en 1997, hace 16 años, cuando se inauguró el embalse de Taguaza.
Los sistemas Tuy I, II y III, que son los que surten a la ciudad, han ido envejeciendo, y el sistema Tuy IV, prometido para mediados de 2012, no estará listo antes de tres o cuatro años.
Al pasar los años las tuberías comienzan a desarrollar su rugosidad interna y disminuye su capacidad de conducción. Cuando el Tuy II se inauguró hace 45 años tenía una capacidad de 7.500 litros por segundos, y hoy es de 6.800.
Norberto Bausson, ex vicepresidente de Hidrocapital, explica que la oferta ha disminuido mientras crece la demanda.
Y los más perjudicados en esta situación son las partes altas de los sectores populares como El Junquito, Antímano o Petare norte. Actualmente en el Este de la ciudad existe un racionamiento de agua no declarado. Una solución sería reactivar el embalse de Macarao para la zona del Oeste y hacer el proyectado embalse de La Encantada (al norte de Caucagüita) para el Este.
SUBESTACIONES ELÉCTRICAS TRABAJAN AL LÍMITE
Las subestaciones eléctricas de Caracas deberían trabajar al 70 u 80 por ciento de su capacidad, pero en la práctica lo hacen al 100 por ciento, lo que deteriora los transformadores y hace que las fallas que surgen tarden más en repararse.
El doctor en ingeniería eléctrica José Manuel Aller explica que es un sistema subterráneo de anillos de alta calidad, pero desde que se inauguró en los 70 no ha recibido buen mantenimiento.
A eso se le añade que la empresa AES (dueña de la electricidad desde 2000 y hasta su estatización en 2007) vendió todos los terrenos que tenía la compañía para que el negocio fuera rentable, pues las tarifas estaban congeladas. La consecuencia es que ahora no existen terrenos en Caracas para construir nuevas subestaciones.
Para ilustrar la improvisación que reina en el sector, recuerda el cable de 69 kilovatios que se quemó en El Bosque: no hubo la previsión de tener un reemplazo y ahora tardará más de un año en llegar, y lo que han hecho es poner un generador en las residencias Sans Souci.
NO HAY ESCUELAS PARA TANTOS ALUMNOS
Como ilustra Juan Maragall, secretario de gobierno de la gobernación del estado Miranda, si quisiéramos poner a todos los niños que están en sexto grado en primer año, habría que construir al menos cien liceos más solo en Caracas.
Una zona como Catia, por ejemplo, necesitaría al menos doce liceos técnicos para satisfacer la demanda, pero allí no se ha construido ningún plantel en los últimos doce años.
Pero lo mismo sucede en toda la capital: "El Ministerio de Educación tiene políticas de muchas restricciones y regulaciones, lo que es un desestímulo a la construcción. Pero también el comportamiento vecinal para la edificación de escuelas ha sido de frenar o de no permitir porque les complica el tráfico en su zona".
Los planteles privados enfrentan muchas restricciones, pues se les prohibió hacer aumentos de más de 10%. Desde 2005 a 2013 la inflación del sector fue de 285,8% mientras los aumentos en matrícula y mensualidades alcanzaron 141, 5%, que es menos de la mitad.
LA CIUDAD PIDE A GRITOS PLANIFICACIÓN
"El abandono estratégico" fue una frase que acuñó el arquitecto Leopoldo Provenzali para sugerir que todo el caos que se observa en la ciudad es de alguna manera provocado por un gobierno que siente que el mismo le conviene.
María Isabel Peña, directora del Instituto de Urbanismo de la UCV, siente que el deterioro de los servicios públicos es tan marcado que resulta difícil pensar que no ha sido hecho a propósito, al menos en cierta medida: "Tal vez piensan que el caos les beneficia, entre otras cosas porque fomentan el éxodo de los que piensan, de los que estorban".
Sin embargo, cree que es una visión muy corta, pues a la larga el caos, el deterioro de los servicios, no es algo que beneficie a nadie.
"Si fueran inteligentes intentarían conquistar a la gente con diseño de calidad, tal y como se hizo en Medellín".
En cambio, lo que siente es que aquí existe un interés por igualar por abajo, como ha ocurrido con las obras de Misión Vivienda, para ella el mejor ejemplo de falta de planificación que existe ahora mismo en la ciudad: "Y fíjate que esa emergencia por falta de vivienda también surge por la falta de planificación, pues los barrios se dejaron al abandono y se vinieron abajo".
DESDE LA DÉCADA DEL 70 NO SE HACEN VÍAS EXPRESAS
Transcurría el primero gobierno de Rafael Caldera (principios de la década del setenta) cuando la ciudad vio surgir las que hasta ahora son las últimas vías expresas de la capital: la culminación de la autopista de Prados del Este y el distribuidor El Ciempés.
Actualmente se calcula que a Caracas, una ciudad por la que circulan diariamente casi dos millones de vehículos, le harían falta unos 300 kilómetros de vías expresas, y entre las más importantes estarían la perimetral del sur (desde Petare Sur hasta Hoyo de La Puerta), la conexión Cota Mil-autopista Caracas-La Guaira (en construcción) y una vía alterna al litoral (recientemente anunciada).
Los grandes problemas viales de Caracas surgen sobre todo a la hora de hacer conexiones norte-sur, pero algo que obstaculiza mucho el tráfico es que además faltan unos 700 mil puestos de estacionamiento.
Sotravial elaboró hace diez años el "Plan Vial Caracas 2025", pero las autoridades nunca lo pusieron en práctica.
UN SISTEMA DE ASEO URBANO CADUCO E INEFICIENTE
El sistema de aseo urbano que se utiliza para recoger las 4.300 toneladas que diariamente se producen en los cinco municipios de la capital no solo es obsoleto sino que además confronta graves problemas por tarifas desactualizadas, la ausencia de plantas de transferencia y la dificultad para conseguir repuestos para las unidades.
No se trata solamente de que esa práctica de recoger la basura para luego enterrarla (sin separación en el origen) se abandonó en las urbes modernas desde la década del 90, sino que ni siquiera es un sistema que se utilice como se debe.
Para que ese modelo funcione tiene que haber plantas de transferencia en donde las unidades llevarán sus desechos y otros camiones mayores la transporten compactada a su destino final. En Caracas solo el municipio Libertador tiene un lugar donde llevar los desperdicios; los otros cuatro municipios deben perder tiempo y dinero (disminuye el tiempo de vida útil de las unidades) haciendo que sus choferes emprendan un largo viaje hasta La Bonanza.
El Universal
30-07-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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