viernes, 3 de mayo de 2013

Venezuela y la revolución del esquisto


Disminuirá el interés geoestratégico de Washington en el petróleo venezolano y en el país
ALFREDO TORO HARDY
La nueva revolución energética tiene nombre: esquisto. Se trata de una roca sedimentaria donde se encuentran ingentes reservas de gas y petróleo que pueden ser liberadas mediante técnicas como la fracturación hidráulica o la perforación horizontal. Las mayores reservas mundiales de gas de esquisto se encuentran en China con Estados Unidos pisándole los talones. Estados Unidos posee, a la vez, inmensas reservas de petróleo de esquisto. California, Dakota del Norte y Texas contienen las mayores reservas de tales hidrocarburos en este último país, en el que su explotación está resultando altamente exitosa y en donde se estima que para 2020 se producirán 6 millones de barriles diarios de petróleo por esta vía. A su vez, 40% del gas generado en Estados Unidos proviene del esquisto, lo que le ha permitido desplazar a Rusia como primer productor mundial de gas y posibilitará que pronto se transforme en un importante exportador.

A pesar de sus importantes reservas China enfrenta perspectivas sustancialmente menos halagüeñas. Sus depósitos no sólo se encuentran a mucho mayor profundidad sino que evidencian alta dispersión y, por tanto, falta de concentración de grandes volúmenes. A la vez, las inmensas cantidades de agua requeridas para los procesos de extracción dificultan esta opción para una nación cuya disponibilidad hídrica está contrayéndose. Así las cosas, mientras Estados Unidos apunta a la autosuficiencia energética (complementada por Canadá y México), China seguirá dependiendo de los hidrocarburos importados.

Lo anterior impacta fuertemente a la economía y a la geopolítica mundiales. Primero, frena y puede incluso revertir el declive económico estadounidense. Segundo, relaja sustancialmente la anticipada competencia Washington-Pekín por el acceso a fuentes energéticas. Tercero, las fuentes productoras de petróleo no OPEP desplazarán del primer lugar a las OPEP. Cuarto, Estados Unidos resultará crecientemente indiferente ante la suerte de los países productores de hidrocarburos del Medio Oriente, lo cual a su vez elevará la relevancia que asignan a Israel. Quinto, los excedentes de gas disponibles para exportación pondrán fin a la dependencia de la Unión Europea frente a Rusia. Sexto, Rusia deberá reorientar sus exportaciones de gas hacia China, incrementando la convergencia de intereses entre ambos países.

La ecuación anterior tendrá indudables consecuencias en Venezuela. Primero, disminuirá el interés geoestratégico de Washington en el petróleo venezolano y, por ende, en el país. Segundo, hará disminuir en forma sistemática y continua nuestro porcentaje de exportaciones hacia Estados Unidos. Tercero, consolidará y expandirá sustancialmente nuestros mercados de exportación petroleros del Extremo Oriente y América Latina. Cuarto, generará una mayor competencia con las fuentes productoras del Medio Oriente y del Golfo Pérsico por el acceso a los mercados petroleros del Extremo Oriente. Quinto, impondrá la necesidad de acelerar la producción del petróleo pesado de la Faja para posicionarnos en un mercado internacional altamente fluido. Sexto, dará pleno sentido a la estrategia de utilizar el gas para el desarrollo doméstico.

altohar@hotmail.com

El Universal
02-05-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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