Residentes viven en zozobra por intentos de invasión

Desde el 7 de abril se han registrado once conatos de toma en Piedra Azul

Terrenos municipales que son área verde fueron deforestados por tala indiscriminada y el fuego
ANYIMAR COVA LUGO
El silbido de un pito basta para que se prendan las alarmas en cada una de las 284 casas que hay en la urbanización Piedra Azul. Acto seguido, se multiplicará el sonido de alerta que será acompañado por cornetas y, si es de noche, por la luz incesante de linternas y faros de vehículos. Es este uno de los mecanismos que estableció el Comité de Seguridad del sector a propósito de los once intentos de invasión que han registrado desde el pasado 7 de abril.

El lunes 9 de abril hubo un intento de toma en el que un grupo de personas (en su mayoría niños y mujeres), vestidas con prendas de color rojo y portando afiches del presidente Nicolás Maduro, aseguraron que tenían derecho a tomar el espacio. En esa oportunidad la Guardia Nacional detuvo a siete personas, de las cuales dos se mantienen en prisión.

Lo que en principio fue una ocupación de terrenos con carpas, luego se convirtió en acciones de demarcación de parcelas y ha proseguido con la deforestación de áreas boscosas que han sido quemadas y taladas. Los intentos de toma se han registrado en zonas colindantes con viviendas de las calles Orinoco, Caroní y Ventuari y arreciaron el pasado 3 y 4 de mayo cuando, tras la denuncia presentada por los vecinos en el Destacamento 52 de la Guardia Nacional, los efectivos debieron volver a la zona para practicar el desalojo.

"Solo queremos tranquilidad, que la gente que está invadiendo no siga con eso y que los que ya viven arriba dejen de lanzar basura hacia la urbanización. Esto no era así", dice Lola Díaz, quien junto a sus vecinos asegura vivir en zozobra permanente.

La primera invasión que afectó a Piedra Azul ocurrió hace más de cinco años en un sector que hoy está consolidado como el barrio Los Picapiedras. De hecho, es esta zona el lugar por donde los tomistas ingresan a los terrenos, aun cuando los consejos comunales de La Limonera y Los Picapiedras han manifestado a los vecinos de Piedra Azul su rechazo a estas acciones.

Residentes de la urbanización aseguran que tanto la policía municipal como la GN han prestado el apoyo contra las invasiones, pero que los tomistas no han desistido. Por el contrario, hacen guardias desde la parte alta e insisten en seguir deforestando de a poco el área.

El concejal de Baruta y presidente de la Comisión de Ambiente, Omar Villalba, explicó que el terreno es una zona verde municipal no apta para construcción pues tienen una pendiente de entre 57° y 60°. Además precisó que han podido determinar que la mayoría de los tomistas proceden de Colombia y no cuentan con documentos de identidad venezolanos.

El Universal
10-05-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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