lunes, 8 de abril de 2013

No se le ha visto el queso a las expropiaciones


Especialistas acusan a las adquisiciones forzosas de inhibir la inversión, pero el Gobierno señala que los privados han crecido
   
Lisseth Boon | ÚN.- La "ola expropiatoria" bajó claramente su empuje en 2012. Tras tomar 10 empresas por semana en 2011, según Conindustria; o "rescatar" unas 191 tierras al año durante una década, de acuerdo con el conteo de Fedenaga, en pleno año de elecciones el ritmo de las adquisiciones forzadas amainó al punto de casi desaparecer de la agenda oficial.

Sin embargo, el efecto acumulado de unas 2.000 expropiaciones en todos los sectores de la economía nacional (desde el campo hasta la ciudad, desde los alimentos hasta los servicios) incide directamente en la caída de producción registrada en el último año, coinciden analistas del sector.

Uno de los casos que destacan es Agroisleña, empresa de capital español y venezolano, fabricante de insumos agrícolas que cambió su nombre a Agropatria cuando fue expropiada en 2010. La nueva administración socialista admitió que en 2011 sólo se alcanzó 5% de las metas de producción (Memoria y Cuenta del Ministerio de Agricultura y Tierras, MAT, 2011).

También, la Memoria y Cuenta del MAT de 2012 reconoce el "aumento de los costos de producción por falta de Agropatria" en algunos estados.

Las empresas expropiadas han tenido impacto negativo en la producción, evalúa Asdrúbal Oliveros, especialmente en sectores como el agroalimentario y la construcción. Exceptúa de este proceso a las estatizadas Banco de Venezuela y la telefónica Cantv, aunque sin olvidar la relación entre la escasa inversión de esta compañía en el desarrollo del ancho de banda del país.
La visión no es unánime, y algunos analistas ponen en duda la acusada merma productiva. El diputado Jesús Farías (Psuv), desestimó que las expropiaciones frenen la producción.

En diciembre de 2012 alegó que en el último trimestre del año pasado el sector privado creció 6,1%, el cual representa 57% del peso de la economía nacional.
En el caso del sector primario (agropecuario), la relación entre expropiaciones y baja productividad no ha sido tan determinante. El MAT reportó que la siembra se amplió 6,8% y la producción creció 6,1% en 2012. Incluso, la Federación de Asociaciones de Productores Agropecuarios (Fedeagro) admitió una recuperación de algunos productos del campo, aunque sus cifras son más modestas que las gubernamentales.

No existen cifras oficiales sobre lo que ha adquirido forzosamente el Gobierno. Con la intención de registrar un censo, en diciembre de 2011 fue creado el Consejo Superior Estratégico en Materia de Expropiaciones (decreto 8.714). Entre las atribuciones de esta comisión presidencial, estaba el registro de los bienes expropiados así como también los potenciales. Además, presentaría un balance de cuentas cada mes. Hasta ahora no se presentan avances.

Una tregua

El bajón de las expropiaciones en 2012 es una muestra del pragmatismo del Gobierno, considera Felipe Benítez, director del Observatorio de la Propiedad de la organización Liderazgo y Visión-Cedice. "La producción era una meta secundaria. El Ejecutivo ya cumplió con sus objetivos políticos de acorralar a grupos beligerantes".

Sin embargo, Benítez advierte que en la actualidad se están viendo los efectos de lo que llama "arremetida expropiadora" registrada entre 2009 y 2010, el pico más alto en una década.

"Las compañías que pasaron a manos del Estado bajaron su producción y su productividad", afirma el investigador Antonio Canova, quien considera que no podría ser de otra forma: al contrario de las empresas privadas, las públicas no tienen incentivos para ser productivas. No están obligadas a ser competitivas, y si arrojan pérdidas siempre contarán con el Estado para subsistir, asegura el profesor de la Ucab.

Hay casos donde el desempeño de empresas expropiadas viene mermando. La empresa Agroecológica Marisela (antes Hato El Frío) bajó su producción 66% en 2012, según datos oficiales. Un caso parecido pasa con la Empresa Bravos de Apure, antes Hato El Cedral, que el año pasado bajó su siembra de teca 46%.

En menor medida sucede con el Centro Técnico Florentino, antes La Marqueseña, que durante 2012 bajó 11% los ingresos por sus múltiples actividades, según la Memoria y Cuenta del MAT.

El estudio Gestión en rojo del Iesa (2011), dirigido por Richard Obuchi, evalúa el desempeño de 16 empresas "intervenidas, absorbidas o creadas por el Gobierno" a lo largo de 10 años. Los resultados de todos los casos de estudio desdicen las metas de producción.

Las adquisiciones forzosas no sólo inciden en la poca productividad de las empresas, sino que también frenan la inversión extranjera, que cayó en 2012 20% según cifras de la Cepal.

Lo que viene. Si bien las palabras "expropiación" y "adquisición forzosa" no aparecen en el programa de gobierno 2013-2019 de Chávez, el cual mantendrá "inalterable "el hoy candidato Nicolás Maduro en caso de ganar las elecciones del 14 de abril, sí incluye la "democratización de los medios de producción".

Dos días después de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, Elías Jaua aseguró en calidad de Vicepresidente que "el país continuaría con las expropiaciones de empresas estratégicas, como energía, alimentación y sector construcción".

Analistas como Oliveros no descartan la posibilidad de venideras expropiaciones "estratégicas", sin dejar de tomar en cuenta que un eventual gobierno de Maduro deberá enfrentar las restricciones económicas y la baja productividad de las empresas públicas.


lboon@cadena-capriles.com | Con Información de Ileana García Mora

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05-04-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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