martes, 19 de marzo de 2013

ENTORNO URBANO: Más Viviendas


Se necesita más honradez y seriedad en el funcionariado público y contratistas.

Más viviendas
Según el censo del 2011, somos casi treinta millones de habitantes constituidos en siete millones ciento cincuenta mil hogares que ocupan siete millones de viviendas. De ellas, 150.000 son unidades compartidas. Además hay 1.300.000 desocupadas, temporales y en construcción. El censo detectó que en cada vivienda ocupada habitan 4,18 personas y 4,06 en cada hogar. Estas macrocifras son promedios y no indican el muy publicitado déficit de más de dos millones de viviendas ni detectan un hacinamiento generalizado.

Para entender los resultados y usarlos para programar acciones, puede ser válido tomar como referencia el análisis del Censo 2001 (publicado en 2005) donde 47% de las 5.175.000 viviendas familiares ocupadas eran satisfactorias, 43% requerían asistencia y sólo 10% debían ser sustituidas. Las casas a ser asistidas seguramente ocupaban barriadas en proceso de formación, hipótesis que no puede ser comprobada porque los censos no identifican los inmuebles y por lo tanto no es posible detectar cambios en sus características. Si hubiese un número catastral permanente sería posible conocer la evolución de las edificaciones, identidad útil para relacionar la ubicación de cada vivienda con los sitios de trabajo, estudio o recreación y con los medios de transporte. Cubrir la totalidad de la población y de las viviendas generaría una precisa encuesta urbana, instrumento útil para conducir el crecimiento y la mejora de las ciudades.

Entre 1990 y el 2000 hubo un incremento anual de 180.000 viviendas, 160.000 en las ciudades y de estas la mitad fueron autoconstruidas. Por lo tanto, la demanda de viviendas convencionales fue satisfecha con 80.000 unidades por año, cifra que compartieron los gobiernos y el sector privado. Dado que por cada mil habitantes se generan 5,6 uniones anuales, los 30 millones del 2011 requerirán 168.000 viviendas nuevas por año. Al agregar las unidades a sustituir conforman una demanda real lógica en comparación con la década anterior.

En los censos, las viviendas a asistir incluyen las necesitadas de ampliación, deservicios públicos y de mejores materiales, condiciones obvias en las barriadas. Por no haber razón para suponerlas equivalentes a un déficit, es engañoso alegar que la solución consiste en construir unidades nuevas en cualquier parte. Si así fuera, el complemento de semejante proceder debería ser, al trasladar familias, la inmediata demolición de lo existente, idea absurda e irrealizable por ser ineludible mejorar los barrios para dotarlos de vialidad, transporte, equipamientos y servicios, programa que estimularía y facilitaría la mejoría de las viviendas. Asumir un déficit mayor de 2 millones de viviendas y proponer diluirlo a corto plazo elude el urbanizar barrios y lleva a sospechar de urgencias por fondos públicos para construir. Da la impresión de que Venezuela, más que un país, es un presupuesto rodeado de zarpas ansiosas. Necesitamos más honradez y más seriedad, tanto en el funcionariado público como en los aspirantes a obtener contratos.

Victor Artis
vartis@cantv.net

El Universal
17-03-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo Corredor_Inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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