lunes, 12 de noviembre de 2012

Monólogos de la ciudad


La capital desnuda sus problemas a través de la mirada generacional de sus habitantes. La situación de la seguridad en la capital es el principal inconveniente que sus habitantes identifican de inmediato, sin necesidad de reflexión, aunque también identificaron otros escenarios
RAÚL ALVARADO

¿Si Caracas hablara qué nos diría? La urbe es un ser vivo, complejo e incomprendido, de muchedumbres y al mismo tiempo de soledades. Amada y odiada, la metrópoli se crece a la vista de propios y extraños. Atrás quedaron los techos rojos, una selva de concreto se ha adueñado de la sucursal del cielo. Hoy La Sultana del Avila nos habla mediante su gente y nos cuenta los principales problemas que le atacan.

En plena calle fueron entrevistados cinco caraqueños de diferentes edades, la única pregunta “¿cuáles son los principales problemas de Caracas?”. Las respuestas coincidían siempre al inicio en un único problema transversal a todas las generaciones “la inseguridad”.

Todos comparten el temor de ser atacados por el hampa. La situación de la seguridad en la capital es el principal inconveniente que sus habitantes identifican de inmediato, sin necesidad de reflexión, aunque también identificaron otros escenarios.

LOS DE 20 AÑOS. NO HAY TRABAJO PA` LOS CHAMOS
Javier Carrasco, de 24 años, considera que la falta de trabajo es otro de los principales problemas de la ciudad. No ve que la urbe brinde ofertas laborales y empleos estables. Asegura que los jóvenes con disposición y ganas para trabajar son excluidos bien sea por su inexperiencia o por su condición de estudiantes, por lo que se ven obligados a ingeniárselas para lograr un ingreso económico.

Tal situación, sostiene Carrasco, se intensifica ante la ausencia de políticas públicas fiables, que garanticen la incorporación de los jóvenes a puestos de trabajo estables en los que puedan, además de logra el sustento, adquirir experiencia profesional.

LOS DE 30 AÑOS. BASURA POR TODOS LADOS
El manejo y disposición de los residuos sólidos siempre ha sido un dolor de cabeza en las calles capitalinas, un problema que afecta la salud y bienestar de sus habitantes, pero que además depende también de ellos mismos.

Para Yolimar Reyes, de 31 años, “cada día vivimos más inundados de basura, sea el sector que sea, a veces pensamos que porque viven hacia el oeste es basura, sin embargo vamos hacia el este y también vemos en las calles la misma situación”. La responsabilidad es compartida, una ciudad mas limpia, es producto de una buena conducta ciudadana y el trabajo constante de un sistema de aseo urbano cónsonos con una planificación estructurada en cuanto al manejo de desperdicios.

LOS DE 40 AÑOS. LA ALACENA ESTÁ VACÍA
Fernando García, de 46 años, menciona además el desabastecimiento como otro de los principales inconvenientes de Caracas. Pese a las grandes campañas gubernamentales que manifiestan una soberanía alimentaria, tal independencia no se aprecia en los anaqueles de la ciudad, algunos productos escasean, son vendidos limitando la cantidad de compra, y otros simplemente han desaparecido del mercado.

Para conseguir un kilo de harina o un litro de café, las amas de casa y padres de familia, como Fernando García, deben visitar diversos establecimientos comerciales, tanto públicos o privados, y en muchas ocasiones acudir inmediatamente al recibir el aviso por parte de un amigo de la presencia de algún producto en determinado comercio.

LOS DE 60 AÑOS. LAS CALLES ESTÁN MALÍSIMAS
Para Luisa Isabel Rodríguez Nuñez, de 65 años, no es fácil caminar por la capital. Además de la inseguridad y la basura, manifiesta que las condiciones de las calles capitalinas no son las mejores: “tengo añales por los Palos Grandes, 30 y pico de años” comenta la dama, “las calles no sirven ni aquí ni en muchas partes”, dice, agregando que “cuido un señor que tiene 90 años, y ese señor no sale porque casi no puede caminar, hueco pa`ca, pa`alla, eso es lo único, las calles”.

Esta realidad se extiende a toda la infraestructura vial de la ciudad, lo peor es que las soluciones son insuficientes o de dudosa calidad puesto que duran poco tiempo y luego las situaciones son similares o peores que las iniciales.

LOS DE 80 AÑOS. SIN TECHO PA’ TANTA GENTE
El déficit habitacional es un problema que los caraqueños han venido sorteando de las más diversas maneras. Los cerros dominados por las construcciones improvisadas y con los años consolidadas, personas durmiendo en vehículos, viviendas improvisadas debajo de puentes, invasiones de edificios, entre otros, es evidencia de ello.

 Con la serenidad que sólo da la edad, José Rondon, de 80 años, identifica la situación de la vivienda como uno de los principales problemas, sin embargo afirma “que ya esta solucionándose un poco, mas o menos”. Confía en la Misión Vivienda, aunque no opina sobre los problemas que pudieran asociarse a la construcción desmesurada de nuevas estructuras.

Tal Cual
08-11-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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