Ancianos invadieron quinta que alquilaron a guardería

La tranquilidad que había en la Guardería Centro Educativo Tococó, localizada en Chuao, fue interrumpida el lunes cuando los propietarios de la casa donde funciona ocuparon uno de los salones de clases, mientras un grupo de niños realizaba sus actividades cotidianas. Marielena Capecchi de Dugarte y Francisco Dugarte, de 71 y 84 años de edad, respectivamente, decidieron entrar en su propiedad para lograr que la vivienda sea desocupada definitivamente por los inquilinos. Los Dugarte pidieron permiso para entrar en el baño, y en un descuido de la directora del preescolar se acomodaron con una pequeña cava, un colchón inflable y algunos enseres personales en una salita amoblada con mesas y sillas para niños. Ambos aclaran que no tienen nada contra los infantes y expresan que sólo desean volver a vivir en la casa en la que nacieron sus hijos. "Tienen aquí ocho años. Desde hace cuatro años se les ha pedido desocupación y nunca han aceptado porque dicen que no tienen dinero. Siempre dicen que van a mudarse y nosotros esperando. Yo me muero aquí, dentro de mi casa; de aquí no salgo", afirmó Marielena de Dugarte. El matrimonio afirma que ya perdió una propiedad en La Victoria, estado Aragua. La finca en la que vivieron por tres décadas, cuentan, fue saqueada; desde entonces han pasado de casa en casa, viviendo con familiares. "Ellos lo que han hecho es burlarse de la gentileza de mis padres. Se les pidió la desocupación, se les dio prórroga, y nada. Mis padres no tienen dónde vivir", declaró Francisco Dugarte, hijo, quien desde el lunes cumple una vigilia permanente en su carro estacionado frente a la vivienda. Sin sede. La casa que para los Dugarte es un hogar, para la comunidad de la guardería Tococó es un centro de estudios reconocido. Rossana Pascual, directora de la institución, afirmó que la prórroga del contrato de arrendamiento de la propiedad vence en agosto de 2013, por lo que la acción de los propietarios es ilegal. Negó que tenga intenciones de permanecer en la quinta y afirmó que desde el año pasado la comunidad educativa ha organizado actividades para recaudar los fondos que faciliten la mudanza definitiva. Pascual acudió al Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente en Baruta, para denunciar la acción abrupta de los Dugarte al entrar en el preescolar. Denunció que había niños de 1 y 3 años de edad en el referido salón cuando ocurrieron los hechos. Pascual indicó que la Superintendencia Nacional de Arrendamiento le sugirió que termine el año escolar, para evitar un impacto negativo en los niños. Por el momento, no interrumpirá las actividades, para cumplir con los intereses de los infantes. Desde el lunes la educadora se mudó al preescolar, para evitar que cambien las cerraduras de la casa. Evita cualquier comunicación con los propietarios. "Cuando consiga el inmueble para irme, me voy, aunque no se haya vencido la fecha. Yo reconozco el derecho a la propiedad que ellos tienen, pero ellos tienen que entender mis derechos", señaló. LISSETTE CARDONA lcardona@el−nacional.com

El Nacional
16-02-2012

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