MIGUEL BAHACHILLE M.
Las ciencias matemáticas se cimientan entre una infinidad de grafías, en la meditación, la lógica, razonamientos, cuentas, movimientos de objetos físicos, entes cósmicos, símbolos y hasta acopios no tocables como la luz. En fin, en cálculos y medidas. Más allá de cualquier juicio filosófico o pasional, los números son ponderados, sobre todo por su afán práctico. El presidente Maduro afirma haber entregado en el Tuy la vivienda N° 1.400.000 (19-Ene 2017). Y 35 días después (23-Feb 2017), la vivienda N° 1.500.000 en el mismo sector; es decir, cien mil unidades en un mes. ¡Bien por los beneficiados!, porque la inflación, carestía de materiales, equipos y mano de obra, les impediría adquirirlas libremente y a bajo costo.
¡Pero, ay los números! Desde el 19 de abril de 2013, fecha de toma de posesión de Maduro, hasta la entrega de la vivienda millón y medio (23-Feb 2017, transcurrieron 1.410 días. Es decir, 1.064 viviendas diarias. ¡Cada quien saque sus cuentas! Tomemos el patrón de un excelente modelo urbano: “Caricuao”. En 23,83 km² se edificaron 219 edificios en 9 sectores (UD) con 20.000 apartamentos que hospedan 139.000 personas. Fue considerado en 2011 como el plan habitacional público más grande de Venezuela y Latinoamérica.
¡Sí, las cifras interesan! Nadie explica bajo qué formato urbanístico se erigió un millón y medio de viviendas. Hay un evidente desprecio por el orden social. Cuando éste se rompe, en la misma medida lo hace la sociedad en su conjunto. ¿Cuál es el plan de desarrollo integral para los 6 millones de ocupantes (según el INE: 4 personas por hab.)? ¿Y qué del entorno tipológico? No hay que ser urbanista para saber que escuelas, hospitales, aéreas recreacionales, dotación de aguas blancas y descarga de las servidas, gas, energía, centros religiosos, seguridad y, sobre todo, acceso al transporte público de acuerdo a la densidad poblacional, forman parte integral de los desarrollos, sobre todo cuando se erigen de forma masiva según lo reverenciado por la numerología oficial.
Una vivienda no es sólo cabilla, bloques y concreto. El caso de Ciudad Caribia así lo evidencia. Se inventó una explanada rompiendo el equilibrio del cerro en una zona protegida para luego estabilizarlo mediante costosísimos muros de contención. La provisión de materiales se hizo a través de una también costosa trocha de ladeada cuesta. El conjunto “concluido” quedó prácticamente aislado, razón por la cual hubo que erigir dispendiosos viaductos de entrada y salida. ¿Y el transporte colectivo, centros educativos, seguridad, servicios públicos y el urbanismo?; ¡pues eso poco importa!
En atención a instintos caprichosos como Ciudad Caribia, debe esclarecerse dónde y cómo se erigieron millón y medio de viviendas. Es asunto de interés general conocer su ubicación para saber cómo se viabilizará el normal desempeño de servicios y suministros de áreas vecinas. Las torres moduladas con más de 20 pisos incrustadas en La avenida Libertador de Caracas, calcadas en La Guaira, Catia y en terrenos expropiados o confiscados, desechando porcentajes de ubicación, construcción y retiros, así como servicios de luz y agua acordes con las ordenanzas municipales, regionales y centrales, es el camino seguro hacia más caos urbano.
A efectos de disciplinar el crecimiento urbano y suburbano del país se promulgó en 1991 la Ley Orgánica de Ordenación Urbanística, aún vigente, con asesoría de versados juristas y técnicos. Desde entonces a través de disposiciones centrales en concordancia con normas regionales, se fijaban las responsabilidades de entes públicos y privados para cada desarrollo. ¿Quién responde por la invasión de retiros, cambios en los porcentajes de ubicación y construcción a “la brava”, de poca claridad respecto la trasferencia de bienes y de la estabilidad estructural, entre muchos otros? La violación de la norma es más alarmante cuando emana del propio Estado.
Ello no ocurría antes de 1998 más allá de una que otra transgresión puntual. Existía, y aún existe en letra, el plan urbano (1970-1990) para regular los desarrollos del área metropolitana. En él se incluían las ciudades de Los Teques, Litoral Central, eje Guarenas-Guatire y el Tuy medio. Surgen así 2 poblados satélites para aliviar a Caracas: Ciudad Lozada (Valles del Tuy) y Ciudad Fajardo (Guarenas-Guatire). En ellas se agrupa una población que fue dotada de servicios básicos ahora despedazados bajo la anarquía revolucionaria. ¿Millón y medio de viviendas? ¿Dónde y bajo cuál formato?
miguelbmer@gmail.com
@MiguelBM29
El Universal
13-03-2017
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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