viernes, 20 de mayo de 2016

La ciudad se desvanece



Hay que impulsar decididamente la transformación de Caracas, pero hacia el futuro...

MARCO NEGRÓN

Se sabe desde siempre que las ciudades son organismos en cambio constante. Lo dijo poéticamente Baudelaire: «El viejo París ya no existe (la forma de una ciudad cambia más rápido, ¡oh dolor! que el corazón de un mortal)», mientras que G. C. Argan escandalizaba a los conservacionistas beatos recordando cómo, al lado de sociedades que conservaron con celo los «mármoles antiguos» pero hacían un arte pobre, hubo otras que hacían cal de esos mármoles y creaban obras maestras.

Caracas no puede jactarse de haber contado con muchos mármoles antiguos, pero entre aciertos y errores, desde hace casi un siglo no solo había comenzado a estructurar un tejido urbano coherente con la extraordinaria naturaleza en la cual se asienta, sino que iba desarrollando una firme personalidad ciudadana modelada por la densa actividad de las artes plásticas, la música y el teatro, la energía de sus universidades y la vitalidad de sus lugares de encuentro públicos, desde las librerías hasta los bares y cafés.

Con el socialismo del siglo XXI las ilusiones que entonces pudieron nacer se han desvanecido rápidamente: a semejanza de sus predecesores del siglo XX y potenciado por niveles de inseguridad sin precedentes, uno de sus primeros logros ha sido la erosión sistemática de la vida ciudadana. Como ocurría en el Berlín Oriental o el Moscú de la guerra fría, la ciudad se ha vuelto triste y en la noche desaparece, mientras que los visitantes a los museos y a los conciertos nos hemos transformado en esos tristes penitentes que en las colas de los supermercados buscan lo inexistente.

El discurso a favor de los más pobres no solo ha sido insuficiente para frenar la expansión de la ciudad informal: también las urbanizaciones populares Catia, San Juan o Antímano registran los estragos de 16 años de desprecio por la ciudad. Tampoco se entiende cómo, pese al descomunal ingreso petrolero, no ha habido un solo proyecto de renovación urbana, mientras que a 14 años de prometido el Parque La Carlota es apenas unas pancartas anunciando lo inexistente.

Se ha dicho muchas veces en esta columna: Caracas tiene las condiciones para ser una de las mejores ciudades de la región. Para ello hay que impulsar decididamente su transformación, pero hacia el futuro, no hacia la decadencia que impone el lumpen-socialismo.

@marconegron / marco.negron@gmail.com

El Universal
04-02-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo corredor_inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
twitter: @Henry_Medina
hmedina30@yahoo.es



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