En la Candelaria moderna hay largas colas ADOLFO ACOSTA
Esta zona es la casa de extranjeros y venezolanos con buenos valores.
Una pequeña villa se construyó en Caracas tras su fundación a finales del siglo XVI, denominada por sus creadores, inicialmente españoles de las Islas Canarias, como Candelaria. Esta urbanización de Caracas dejó atrás sus haciendas y techos rojos para convertirse en una urbe con fallas estructurales, invasiones e inseguridad, afirmó Peter Mendoza, historiador y asesor de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria.
Recordó que en su mayoría "eran españoles marineros", quienes a finales del siglo XVII colonizaron las tierras aledañas a la quebrada Anauco. "Baltazar de Soto era el regidor de los territorios de Venezuela, nativo de Sevilla (español peninsular). Él autorizó en 1693 la colonización y construcción de la iglesia para venerar a la Virgen de Candelaria. Fue construida en su totalidad hacia 1708".
Mendoza contó que en el siglo XVIII llegan los sembradíos a Candelaria y los colonizadores canarios se convierten en hacendados. Esto provocó el avance del comercio en el centro de la ciudad y el ascenso económico y político de la clase dominante en el país.
El Paseo Anauco, hoy recuperado solo un 25%, se mando a construir en 1786 y se culminó cuatro años después, "luego se embauló en los 70", relató Mendoza, quien es licenciado en Historia de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Eugenio Pereira, comerciante de Candelaria desde hace 50 años, aseguró que en esta comunidad aún vive gente sana, trabajadora, que conserva su espíritu religioso y lo transmite en sus calles e iglesias Corazón de Jesús, San Francisco de Sales y Candelaria. En esta última reposan los restos del doctor José Gregorio Hernández.
Pereira apoya la nueva iniciativa de Fundapatrimonio, institución donde esta semana anunció que trabajarán para rescatar su memoria histórica y protegerán algunos espacios recuperados.
"Fue el mejor centro gastronómico de la ciudad. Aún hay buenos restaurantes, caminerías, tiendas, entidades bancarias, ministerios, artesanos, tascas, zapaterías, lencerías y oficinas administrativas donde se resuelven casos de adultos y menores con ayuda de grandes juristas", destacó Pereira.
Expresó que hace falta un nuevo impulso económico, político y estructural, como lo tuvo décadas atrás. Hay que recuperar calles, alumbrado, aceras, vialidad, seguridad y su valor turístico. Ello permitirá generar nuevos empleos.
Carlos Julio Rojas, vocero de la Asamblea de Ciudadanos de Candelaria, señaló que la parte colonial sufrió una reestructuración a partir de 1960. "Tenemos tres tipos de arquitecturas, pocas casas coloniales, edificaciones, iglesias y plazas modificadas y divididas".
Después de los 50 llegaron las estructuras de cuatro y cinco pisos. "La Casa Italia y el edificio París hacia finales de los 60. En los 70 se hicieron grandes edificaciones (Parque Caracas, Doral México), todas levantadas por la Constructora Cohen. Son los mismos empresarios que construyeron el Sambil Candelaria, hoy expropiado, sin uso ni pago a sus dueños por parte del Gobierno.
Rojas precisó que Candelaria tiene 31 edificaciones invadidas. Pero guarda un tesoro: sus históricas esquinas, sitios emblemáticos, restaurantes, plazas y comercios hoy a cargo de ciudadanos provenientes de China, Arabia, Perú, Colombia, España, Italia y Portugal.
"Debemos reconvertir la Candelaria en una parroquia peatonal, no para vehículos. El 50% de las aceras están dañadas, 35 % de sus calles no tienen alumbrado. En cada esquina hay que colocar vallas con su historia. También hay que darle vida comercial al Paseo Anauco, con seguridad y cero indigencia. Es una comunidad que este año cumplirá 266 años de creación y 169 años como parroquia eclesiástica", destacó.
La Candelaria de este siglo es la suma de españoles, italianos que aprendieron el oficio de la construcción en la Italia de Benito Mussolini, portugueses trabajadores y de venezolanos de buen vivir que aplauden las fortalezas y empleos que generan sus vecinos, dijo Mendoza.
"A finales de ese siglo era considerada como la parroquia gastronómica de Caracas. Por la cantidad de cafés, restaurantes españoles y comida italiana de calidad. Antes los tranvías salían de Candelaria hacia San José, La Pastora y el balneario de Los Chorros. Eso tiene que retomarse", dijo.
Rosales planteó la apertura definitiva del Centro Sambil para repotenciar sus áreas modernas y garantizar el estacionamiento para turistas y vecinos. "Cada zapatería, barberías, comercios de telas y lencería, panaderías, ministerios y centros financieros tienen un gran valor y eso hay que explotarlo para mejorar el futuro de todos".
El Universal
25-01-2016
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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