utlzblLa falta de una nomenclatura homogénea y una historia llena de anécdotas imborrables han hecho que ubicarse en la capital venezolana sea una odisea. Nuestro corresponsal en Caracas lo cuenta en primera persona.
Cuando uno termina de dar una dirección en Caracas debe añadir una frase tipo "es decir, eso queda en tal parte".
Porque acá la mayoría de los inmuebles no tienen números, como en la mayoría de las ciudades latinoamericanas, sino nombres.
Y cuando los tienen no siguen una lógica consecutiva ni se ajustan a un sistema homogéneo.
Por eso se necesitan referencias como "el quisco verde", "la mata de mango" o "el chaguaramo que se está cayendo".
Claro que para que sirvan hay que haber estado antes en una zona y estar familiarizado con ella.
En fin, que pareciera que la única forma de ubicarse en Caracas es conociéndola.
Ejemplo
Les doy un ejemplo: hasta hace unos meses la dirección de mi casa era "4ª Avenida de Los Palos Grandes, entre 1ª y 2ª Transversal".
Pero yo realmente decía "al frente de Parque Cristal".
Porque los datos que le daba al remitente lo llevaban a una cuadra que, contando ambos lados, implica al menos un centenar de edificios.
Muchos solucionan lo anterior dando el nombre del edificio, que en mi caso era "Residencias Unión".
Así, el amigo visitante tenía que revisar edificio por edificio a ver cuál se llamaba así.
Pero de nuevo: lo mejor era decir "al frente de Parque Cristal", que es un famoso centro comercial.
Porque el letrero del nombre del edificio puede ser pequeño para verlo desde el carro. O estar iluminado. O estar cubierto por una mata. O no entenderse. O tener un par de letras caídas. O todas las anteriores.
¿La tecnología?
Los celulares con internet han facilitado un poco la odisea de encontrar una dirección en Caracas.
Pero no todos tienen un celular inteligente y, más importante, Google no usa las mismas referencias que usa la gente: "el árbol de aguacates", "la moto roja", "la panadería Nancymar".
Por eso es necesario el contacto verbal humano para encontrar una dirección en Caracas.
Por eso muchos de los taxistas que toman servicios a través de aplicaciones en internet resuelven el embrollo simplemente llamando.
"Yo leí lo que usted escribió en la dirección, pero necesito que me diga dónde es", es la lógica que usa, desesperado.
El orden de la desorganización
Conocer la organización de Caracas no es fácil: quizás sea más fácil, aunque requiera más tiempo, entender su desorganización.
La Gran Caracas está separada en cinco grandes municipios: Sucre, Hatillo, Chacao, Baruta y Libertador.
Esa última también suele conocerse como Caracas, que por su parte tiene su propio Sucre (aunque la gente lo conoce como Catia), dentro del cual también hay una Plaza de Bolívar, que sin embargo no es la del centro.
La esquina "Pele el ojo" es una de las más famosas de la ciudad.
Cada municipio, localidad o, para no alargarme, cada jurisdicción en Caracas tiene sus elementos propios, que obligan al extraviado a saber a cuál de todas va para entender los datos de una dirección.
Mi 4ª Avenida, por ejemplo, pudo haber sido en Altamira. O en La Castellana. O en el Junquito. O en el centro. Porque en esos lugares también hay 4ª Avenida.
"En los 447 años de nuestra capital, ninguna administración ha sido capaz de solucionar el problema de la diabólica nomenclatura de Caracas, pese a disponer de proposiciones viables y técnicamente fundamentadas", le dice a BBC Mundo el escritor Rubén Monasterios, quien le ha dedicado gran parte su obra a la ciudad.
Monasterios -autor de "Caraqueñerías: crónicas de un amor por Caracas"- me cuenta que sabe de un edificio en Caracas que se llamaba "San Casimiro", que perdió con el tiempo algunas de sus letras y se terminó llamando "Miro".
Caos de larga data
El escritor me explica que la sensación que yo he tenido en Caracas como extranjero no es nueva.
¿Cómo se llama este edificio?
"En 1878, la cronista Jenny de Tellenay, encuentra necesario explicar a su corresponsal qué es una 'esquina' y las tribulaciones que trae", dice.
Esta es la cita de la viajera francesa: "El sitio en que cuatro cuadras constituyen los cuatro ángulos de dos calles que se cruzan, es una esquina, y lleva un nombre particular, completamente arbitrario, que no tiene ninguna relación con el sistema. Se concibe entonces que hace falta algún tiempo para saber adónde se va, o por lo menos, adónde se debería ir en una ciudad como Caracas".
Monasterios también tiene un recorte de un aviso del 5 de octubre de 1988 del diario El Nacional que dice: "Av. Simón Bolívar; galpón blanco, lateral a la Depositaria Judicial; frente al Banco Hipotecario Unido, al lado del Centro Comercial Propatrias, misma acera de la Silsa".
Me parece que desde que ese aviso se publicó hace 26 años Caracas no ha cambiado mucho.
24 horas
05-01-2015
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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