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Es un documento histórico que muestra por primera vez al público venezolano la verdadera historia de una obra que causó sensación y que causa sensación todavía en la Venezuela contemporánea”, afirma Federico Prieto, autor del documental Hotel Humboldt, un milagro en el Ávila, que ahora se ha convertido en un libro homónimo (Fundavag. Caracas, 2014), que cuenta también con textos de Joaquín Marta Sosa y de Gregory Vertullo, y que reconstruye la gesta de la construcción del teleférico avileño y del emblemático edificio. “Fue un trabajo prácticamente milagroso, (hecho) en un tiempo brevísimo para los estándares de hoy. El Hotel Humboldt se hizo en 199 días, desde cero, trabajando, eso sí, 24 horas diarias en varios turnos, con un grupo de 400 personas que estuvieron viviendo en la cúspide del cerro el Ávila para lograr que se entregara esta obra acabada.
-Después de haber hecho ese documental y ver la reacción en Internet, ¿cuál siente que debería ser el próximo camino de la película?
Tenemos constancia de que el video se ha visto en por lo menos 90 países y contamos con más de 33.000 personas que han visto el documental en YouTube y, a este ritmo, en un par de años esa cifra debe haber crecido unas diez veces más como mínimo. Otra actividad que promoverá la película es que participará en los próximos dos años en varios concursos de documentales sobre arquitectura. El primero es uno en Chile, a principios de 2015, y de ahí seguirá a varios concursos de arquitectura en América y en Europa.
También del gremio de arquitectos venezolanos, hemos recibido muchos comentarios favorables, entre ellos de Guillermo Barrios, Decano de la Facultad de Arquitectura de la UCV; Oscar Tenreiro, quien nos escribió un texto muy hermoso con su opinión sobre el documental; el ingeniero Oscar Benedetti Pietri, quien también hizo valiosos comentarios sobre el documental; y Lolita Sanabria, hija del finado Tomás Sanabria, arquitecto de esta obra, quien nos dijo palabras llenas de emoción por lo que vio en este trabajo y en el libro en sí.
El Ávila dentro de Caracas
-¿Cuál es la parte más difícil de este trabajo? ¿Qué es lo que más le enseñó entre las dificultades de la historia?
Yo, de joven, durante finales de los 60s y comienzos de los 70s, en la época de los realizadores de Super 8, como Julio Neri, Carlos Castillo, Diego Rísquez y otros más, intenté hacer cine Súper 8, pero descubrí que era realmente muy torpe con las manos y siempre me costó empatar y editar las películas. Entonces me aparté de ese camino y fue recientemente, hace unos 12 años, que me entró otra vez las ganas de hacer alguna película y se me ocurrió, por una casualidad, hacer un documental sobre la historia del Hotel Humboldt.
-¿Cómo surgió esa casualidad? ¿Con las fotos, como la de la portada del libro?
Estando en Caracas, un día iba para la oficina de la Cámara de Comercio de Caracas -donde yo trabajaba- y bajando por Santa Paula hacia San Román vi la torre del Humboldt allá en el Ávila, que es una edificación que se ve desde una inmensa cantidad de sitios de la ciudad -y por eso yo siempre le dije a Tomás (Sanabria) que esa torre no estaba en el Ávila sino dentro de Caracas- y se me ocurrió hacer un documental. Sentí que era una tarea posible: estaba en Caracas, a la mano, de fácil de acceso para poder investigar. El trabajo de investigación me llevó un par de años y encontré información que me sorprendió; además, la mayoría era desconocida. También, durante la investigación se descubrió material fílmico del período, que registraba los procesos de construcción del Sistema Teleférico y del Hotel Humboldt.
-¿Dónde consiguió ese material desconocido?
Ese material fílmico lo conseguí a través de Gustavo Larrazábal, quien lo tenía en su casa mezclado con material personal y él pensaba que esas latas, donde estaban esos rollos de 16 mm, eran de películas personales; abrimos las latas y descubrimos que ese era el material que correspondía a los trabajos desarrollados en el Ávila entre 1954 y 1956. Material fílmico realizado por Enrique Luccas, que trabajaba filmando y haciendo seguimiento a las obras.
Una vez que identifiqué a las personas vivas que eran fundamentales para la obra (como el arquitecto, el ingeniero que hizo los cálculos estructurales, el constructor y el cliente), decidí grabar las entrevistas en video de alta definición, para recabar sus opiniones y sus recuerdos sobre su participación en la obra. Fue así que comencé a construir el guión de la película. Una vez que tenía un esbozo de guión, se me ocurrió hacer una segunda ronda de entrevistas a analistas contemporáneos; ahí incorporé a Rafael Arráiz Lucca, Federico Vegas, William Niño Araque y Marco Negrón. Y con esos nueve personajes fue que hice la película, junto con el material de archivo, las fotografías y los documentos de la época que hasta este momento eran inéditos. Fue vital el apoyo de Oscar Benedetti Pietri, quien financió el pase a telecine de las películas de 16 mm que se filmaron durante la construcción del teleférico.
-¿Qué fue lo más difícil?
Conseguir el financiamiento para terminar la película, que desde 2007 estaba culminada en casi un 95%, gracias al aporte de Roberto Wellish. Luego apareció Fundavag, a través de la fundación que preside Filippo Vagnonni, quien planteó la idea de usar la película para hacer un libro y que así alcanzara un ámbito más amplio. En 2012 coordiné un equipo con Joaquín Marta Sosa y Gregory Vertullo para hacer el libro, que incluiría el documental. Nos tomó un año de trabajo continuo para editar el libro, que se llama como la película, Hotel Humboldt, un milagro en el Ávila. El documental, que usa materiales del archivo fílmico de Bolívar Films, duraba más de una hora, y decidimos llevarlo a 43 minutos. Nos centramos más en el Hotel Humboldt y, por supuesto, le dimos un buen espacio al Sistema Teleférico, que es la obra fundamental que da pie a que se haya construido el hotel.
Historia de una montaña
-¿Fue con su actividad de fotografía que le nació la inspiración del documental?
Soy un fotógrafo aficionado y no paso de eso. Pero la foto de portada del libro fue tomada antes de terminado el documental, consecuencia de un pequeño paseo que hicimos un grupo de amigos a Lagunazo en diciembre de 2012. Subimos en teleférico hasta el Ávila y desde la parte trasera del hotel nos fuimos caminando hasta Lagunazo. En el trayecto, yo llevaba una cámara fotográfica e iba tomando fotos de la flora y de áreas escénicas que se consiguen en esa ruta, y subiendo una pica hacia Lagunazo, volteé y vi el Humboldt, y que venían nubes que se acercaban al Humboldt. Y recordando a Sanabria, que decía que de repente la primera vez que subió, se quedó tapado, yo veía lo mismo.
-¿Cómo se concibió el contenido del libro?
El libro que fue idea de Fundavag, se configuró así: se decidió que el escritor Joaquín Marta Sosa hiciera un capítulo de literatura, que escribiera ficción partiendo de las realidades no solamente que tiene el Hotel Humboldt y el Sistema Teleférico, sino de la historia de esa montaña desde la época de Humboldt y Bompland, incluyendo experiencias de los habitantes de Galipán y de cualquier otra cosa significativa que hubiera ocurrido en ese espacio. A lo largo de 48 páginas y los 22 cuentos, él hizo ese trabajo de ficción. Posteriormente se concibió un capítulo de arquitectura, y se encargó al arquitecto Gregory Vertullo para que hiciera ese trabajo. Él fue asistente de Tomás Sanabria en los últimos años de su vida, lo conocíamos y lo designamos para que hiciera esa parte.
Después vengo yo, que aprovechando la inserción de la película documental, incorporamos al libro el guión ilustrado de la película, completo, que no es el de la película sino más largo (porque en la película está el guión reducido) para aquellas personas que estudian cine, que quieren ver cómo es un guión. Además, se lee muy sabroso porque es un trabajo de historia, en el que hay varios narradores, que van contando la historia, es muy interesante leerlo, y a la vez ir viendo las imágenes que recrean lo que se va leyendo. Ahí también se transcriben las nueve entrevistas que aparecen en el documental. Después de eso vienen una serie de anexos de material documental, como un texto inédito de Julio Bacalao Lara, ministro de Obras Públicas de Pérez Jiménez, que encontré en sus archivos personales, donde cuenta cómo le tocó iniciar los trabajos de construcción del Sistema Teleférico y del Hotel Humboldt. Su texto describe cómo fue este proceso y su encuentro con un personaje que a mí me llamó muchísimo la atención, que es la participación del Conde Vladimir de Bertrén en este trabajo. Un personaje que realmente parece de ficción pero que es totalmente real.
En el mismo archivo personal de Bacalao Lara encontré copias de los puntos de cuenta sobre el Teleférico y el Humboldt, que es un material de gran valor porque muestra cuál fue la visión, los costos y etapas que cumplir. Así se descubre que el proyecto del teleférico se construyó de manera incompleta porque además del teleférico al Ávila y al Litoral, habían dos teleféricos más, desconocidos hasta hoy día para todos los venezolanos. Se había planteado la construcción de uno de Catia a Los Castillitos, que era un sistema independiente; y otro desde Galipán hasta el Pico Naiguatá. Pero no se construyeron porque la dictadura militar cayó, se impuso la democracia y estas obras no se continuaron.
El Mundo
07-11-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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