El 13 de octubre de 2014 se reportaba que cifras del Ministerio de Vivienda y Hábitat mostraban que la Gran Misión Vivienda Venezuela había adjudicado 81.296 viviendas, de las 400.000 prometidas para 2014. Es decir, el Gobierno Central tendría que construir y entregar 318.704 unidades en 75 días. Esta desaceleración de las construcciones –tanto públicas como privadas- está asociada a la falta de tierras urbanizadas y de recursos, pero principalmente a la escasez de cemento y cabillas.
El 24 de septiembre de 2014, el presidente de la Cámara Venezolana de la Construcción (CVC), Jaime Gómez, señaló que las fallas de suministro de cemento y cabillas son “preocupantes”. Exactamente un año antes (24 de septiembre de 2013), el para entonces presidente de la CVC, Gilbert Dao, había señalado que en las últimas semanas habían “visto con preocupación la escasez de cemento como uno de los principales problemas”. Este simple ejemplo evidencia que en el manejo de la industria cementera –nacionalizada en 2008 bajo la gestión de Hugo Chávez- no se parecen estar tomando los correctivos necesarios e invita a meter la lupa en la gestión del Gobierno Central en materia cementera.
Sobre los niveles de producción de cemento.
Luego de que las principales cementeras del país -Cemex (México), Holcim (Suiza) y Lafarge (Francia)- pasaran a manos del Estado el 3 de abril de 2008, los resultados a 2014 son desalentadores. Cifras oficiales filtradas por el ABC de España el 24 de abril de 2014, muestran que “la producción de cemento al mes de febrero [de 2014] alcanzó las 546,2 mil toneladas, significando un descenso de 11,0% respecto al [nivel de] febrero de 2013 cuando totalizó las 614,0 [mil] toneladas. En términos anualizados la producción totalizó 7,66 millones de toneladas, dirigidas en su totalidad al mercado nacional”.
En 2008, año de la nacionalización de la industria cementera, Cemex –empresa que representaba 45% del mercado para ese momento- produjo 4 millones de TM de cemento. Con esto, se estima entonces que la producción para 2008 fue de alrededor de 8,9 millones TM, más de un millón de TM por encima del nivel de producción anual precisado por el Gobierno Central a febrero de 2014.
Además de haberse estancando la producción de cemento, la demanda también ha aumentado. Por tanto, no sorprende que la escasez de cemento se haya elevado significativamente.
Mientras que el presidente de la Cámara Bolivariana de Construcción, Gerson Hernández, alega que las dificultades para conseguir cemento y cabillas se debe a la gran cantidad de obras que se desarrollan en el país, tanto de la Gran Misión Vivienda Venezuela como “el ferrocarril (…) el tema de salud, deportes y el sector privado”, el presidente la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Aquiles Martini Pietri, aseguró que la falta de cemento en el país no se debe a que se esté construyendo más, sino a que la producción de cemento es insuficiente. Incluso, la producción de cemento y cabillas ha venido cayendo.
Sobre la escasez de cemento y los sobreprecios.
El 28 de abril de 2014, durante la instalación de la jornada de la nueva ofensiva económica del Gobierno Central en el estado Monagas, el para entonces vicepresidente del área económica, Rafael Ramírez, afirmó “el tema del cemento, tenemos suficiente producción de cemento, pero es la distribución la que nos falla ya que los Sambil no dejan de construirse ni dejarán, entonces es una competencia entre Misión Vivienda y Sambil”.
Sin embargo, la escasez de cemento es un problema latente desde hace varios años. Según una consulta hecha por el Banco Central de Venezuela (BCV) durante el segundo trimestre de 2013, 69,8% de ingenieros y arquitectos responsables de 440 obras afirmaron que la escasez de insumos de construcción era la principal dificultad para la ejecución de sus respectivas obras, resaltando la escasez de cemento y o producto de concreto (53,6%) y de cabillas, productos de acero, mallas, vigas, alambres, etc. (45,9%).
La escasez de cemento ha llevado a que muchos deban pagar por adelantado para garantizar el suministro. Además, al igual que con el resto de los productos que se han regulado, el control de precio provocó la aparición de mercados negros en los que se consiguen cemento a precios mucho más elevados que los fijados por el Gobierno Central. En la medida en que se mantengan importantes diferenciales entre los precios regulados del cemento y los que se pueden llegar a cobrar en los mercados negros, se mantendrán los incentivos para continuar con su venta informal.
Incluso el control cambiario y los controles de precios han incentivado el contrabando de cemento de Venezuela a Colombia desde hace ya varios años. Ya en julio de 2010 se reportaba que estaban ingresando ilegalmente alrededor de 6.000 toneladas métricas mensuales de cemento a Colombia a través de la frontera con Venezuela. Esto no sólo impacta la oferta del producto en Venezuela, sino que afecta la producción cementera del vecino país.
El caso de la cementera Cerro Azul.
En medio de una fuerte escasez de cemento, que incluso afecta las obras de la GMVV, el 17 de septiembre de 2014, el ministro de Industrias, José David Cabello Rondón, precisó que la planta de cemento Cerro Azul comenzaría a funcionar para finales de 2014. Según Cabello, la planta Cerro Azul produciría 1 millón de toneladas métricas de cemento al año, aportando 12% de la producción de cemento nacional; y afirmó que el funcionamiento de la planta estaba garantizado por la cercanía que tenía con minas de caliza. Recordemos que durante el Aló Presidente 223 del 22 de mayo de 2005, la planta se había prometido para octubre de 2006.
Es importante aclarar que la cercanía a las minas de caliza es una condición necesaria, pero no suficiente para que una planta de cemento pueda funcionar. El insumo base del cemento es la piedra caliza y arcilla que, tras deshidratarse (calcinarse) en un horno especial, se convierte en clinker. Luego, el clinker se muele con yeso y aditivos y se obtiene el cemento. El 90% de la operación es la calcinación de la piedra caliza y arcilla, que depende del horno.
Fuentes ligadas al sector cementero afirman que no está lista la cantera de materia prima de la cementera Cerro Azul, y que tampoco están instalados los hornos, por lo que para arrancar operaciones el Gobierno Central tuvo que traer dos embarques de 20.000 TM de clinker cada uno desde Jamaica. Es decir, –en principio- no se calcinará la piedra caliza, sino que se molerá clinker importado. Vale agregar, con 40.000 TM de clinker se pueden obtener 44.444 TM de cemento, que es 50% de la capacidad teórica de molienda mensual instalada en la planta Cerro Azul.
Cuando la cementera venezolana Cemex estaban en manos privadas exportaban el clinker en excedente que producía en su planta de Pertigalete, pues la planta posee en diseño mayor capacidad de calcinación que de molienda. Pero fuentes afirman que, entre enero y septiembre de 2014, la planta de Pertigalete ha importado 120.000 TM de clinker desde Perú y España. Según miembros de la gerencia de Cemex de antes de su expropiación, la planta de Pertigalete producía 3 millones de TM de clinker al año.
La planta de Pertigalete podría suministrar hasta 200.000 TM de clinker al año para operar Cerro Azul si no tuviera problemas operativos en sus hornos, al punto de tener que importar para mantener la producción de cemento.
Además, la importación de clinker sale increíblemente costosa.
Según el informe de gestión 2013 de Pdvsa, Jamaica envió 19.640 TM de clinker a Venezuela a cambio de 22.300 barriles diarios en 2013 (8.139.500 barriles por año). Es decir, cada TM de clinker le costó al país 414,4 barriles de petróleo que –con un barril petrolero promedio de US$ 99,49 durante 2013- equivalen a US$ 41.228,7. La TM de clinker cuesta alrededor de US$ 60.
Impacto sobre el sector construcción.
El sector construcción empleó un promedio de 8,4% de los ocupados venezolanos entre 1998 y 2013 y su PIB promedió 8,9% del PIB No Petrolero en el mismo período. Este sector es motor económico, por lo que su desaceleración es preocupante. Tras haber caído -0,2% en 2009 y 7% en 2010- el sector construcción parecía recuperarse al crecer 4,8% en 2011 y de 16,6% en 2012, impulsado por la puesta en marcha de la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV). Sin embargo, las trabas asociadas a la actividad sectorial, resaltando la escasez de insumo, resultaron en una caída de 2,3% del PIB Construcción en 2013.
El 19 de junio de 2014, el presidente de la CVC, Jaime Gómez, afirmó que las cifras del BCV evidenciaban que la construcción privada acumulaba 17 trimestres consecutivos en caída. Mientras que el sector privado venía construyendo 70.000 viviendas al año, en 2014 estimaban que no llegarían a 20.000 unidades. En la misma ocasión, Gómez pidió el suministro oportuno de los materiales para que las obras pudieran avanzar.
La escasez de insumos para la construcción afecta la planificación presupuestaria y operativa de las obras, dificultando el cumplimiento de las fechas de entrega y de la calidad de la ejecución. Esto ha impactado incluso las actividades de construcción del sector público y –en particular- las de la GMVV, uno de los programas sociales bandera del Gobierno Central.
Entre 1999 y 2010, los sectores público y privado construyeron cerca de 595 mil viviendas, un promedio de poco más de 54 mil por año. Con la creación de la GMVV, el Presidente Chávez prometió la construcción de 2 millones de viviendas entre 2011 y 2017, casi 286 mil por año en promedio. Aunque entre 2011 y 2012 se evidenció un crecimiento importante en la construcción formal de viviendas, las metas de construcción del sector público no se cumplieron y en 2013 comenzaron a desacelerar. Cifras del BCV muestran que mientras que entre 2011 y 2012 el Gobierno Central terminó 125.778 viviendas y el Poder Popular (mediante el Programa de Sustitución de Viviendas –SUVI-) terminó 139.075 viviendas, ambos sectores terminaron apenas 40.124 viviendas en el primer semestre de 2013. El 1 de octubre de 2014, el Ministro Ricardo Molina reportó que la GMVV había terminado 623 mil viviendas -60%por parte del Poder Popular, y que había 222 mil en ejecución. Asumiendo esa cifra como cierta, en casi 4 años se han terminado 31,2% de las viviendas prometidas para 2017, por lo que en 3 años y un trimestre deberán terminarse 1.377.000 viviendas para cumplir la meta.
Comentario de cierre.
La industria cementera fue nacionalizada por considerarse estratégica. Pero a la fecha, las operaciones de las cementeras en manos del Gobierno Central muestran pobres resultados, sobre todo cuando habían sido particularmente productivas en manos del sector privado.
Resulta fundamental reimpulsar la industria cementera nacional para poder alimentar un muy golpeado sector construcción. La escasez de cemento está afectando la viabilidad de los proyectos, las fechas de entrega y la calidad de las obras, impactando a su vez el potencial empleador del sector.
El Gobierno Central debería ajustar los precios de los insumos de construcción, incluyendo el cemento; y trabajar con el sector privado para identificar y solucionar los cuellos de botella que están afectando al sector, para así poder comenzar su recuperación.
Anabella Abadi M. Economista egresada de la UCAB y Especialista en Gobierno y Gestión Pública Territoriales (PUJ, 2011). Profesora en la UCAB, y Analista de la Unidad de Investigación y Análisis de ODH Grupo Consultor.
Publicado por PRODAVINCI
Noticias de Venezuela
17-10-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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