El precio regulado de un saco de cemento es de 45 bolívares. Los encargados mueven contactos para conseguir el rubro y pagan hasta 200 bolívares. Familiares se suman a la búsqueda
La muerte de un ser querido es una transición dolorosa. Lejos de ser una etapa de retiro y sanación, se ha convertido en una campaña. Familiares buscan materiales para sepultar dignamente a los fallecidos y darles el último adiós.
El cemento escasea. En el cementerio municipal de Mariño hay dificultades para conseguir el producto desde hace dos años. "Tenemos que mover nuestros contactos para hacer los trabajos de entierro" confesó el encargado, Jesús Martínez.
El gobierno local administra el camposanto. “Sin embargo no recibimos cemento de la alcaldía”. Aseguró que las ferreterías no quieren vender cemento a la municipalidad. “Tardan hasta dos meses para cancelar el pedido”.
Gestionar el entierro ha recaído en familiares. “Les preguntamos en qué nos pueden colaborar”. Cuando no se consigue, el encargado debe recurrir al mercado negro. Han adquirido el producto hasta en 200 bolívares, 77% más del precio regulado por saco, de 45 bolívares.
Otros agregados se consiguen con mala calidad. “La arena es malísima”. Con cierta pena, Martínez comentó que unas fosas han cedido por el peso de la urna ante una mezcla de materiales no aptos.
Hay un abandono notable en el cementerio de Mariño. La maleza crece hasta un metro por encima de las tumbas. En Santa Cruz, municipio Lamas, los encargados aseguraron tener menos problemas para adquirir los productos escasos para entierros.
Luis Alejandro Borrero
Diario El Periodiquito
10-09-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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