Las tierras fueron expropiadas en años anteriores
Ileana García Mora.- El Gobierno está revirtiendo la decisión de expropiación sobre diez fincas ganaderas, confirmó la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga) en una rueda de prensa en la que productores del Alto Apure, Barinas, Sur del Lago, Machiques de Perijá, Táchira y Zona Alta de Mérida alertaron que están cerca de un “paro técnico”, por falta de insumos.
Las fincas en proceso de devolución son el Hato Santa Rita y La Yeguera en Barinas; La Giralda en Yaracuy; las fincas La Fortaleza, La Chapala, Río Abajo y Hacienda La Palmita en Mérida; la Hacienda Guaramito, Fundo Playa Grande y Olla Grande en Zulia.
“Las fincas que se han invadido ahora producen, pero lástima. Uno se encuentra a diario con obreros que trabajan allá y dicen que antes estaban mejor”, dijo Rubén Darío Barboza, presidente de Fedenaga. Informó que son variadas las razones que se dan para la devolución: “Es porque se equivocaron, la gente no respondió, los invasores se dedicaron a rumbear y a celebrar la expropiación ”.
El directivo explicó que Olla Grande producía el equivalente a siete contenedores de alimentos para exportar. Ahora en un mes genera la producción de un día. “Hay anarquía, tristeza y soledad”, lamentó.
Los ganaderos rechazaron los anuncios del Instituto Nacional de Tierras (Inti) de intervenir este año 250.000 hectáreas, cuando uno de los elementos que requieren es seguridad jurídica.
“Esta política no genera la confianza necesaria para reactivar la producción agropecuaria”, dijo el presidente de la Asociación de Ganaderos del Táchira (Asogata), Luis Hernández Guanipa.
Cerca de un paro técnico
La escasez de agroquímicos, fertilizantes, alimentos balanceados para animales, tractores, maquinarias y sus repuestos, vacunas y productos veterinarios, aunado a los problemas climáticos, conforman un coctel que noqueó a los agropecuarios y los tiene al borde de parar la producción.
“Estamos en un nockout técnico”, dijo Barboza. Según sus cálculos, 10% del rebaño del estado Zulia ha muerto por la sequía de los últimos meses. Aunado a otros factores, la situación ha tumbado la producción de leche y actualmente se produce cerca del 20% de su capacidad.
“Es peligroso que en esa situación en la que estamos no se consigan productos veterinarios para vacunar al ganado contra estomatitis vesicular, que falle la vacuna contra la fiebre aftosa”, indicó.
El sector necesita soluciones violentas. “Pasar del dicho al hecho”, advirtió Barboza y agregó que las reuniones de paz no dan resultados concretos. Fedenaga entregó 20 propuestas, entre las que se encuentran el repoblamiento del rebaño y la agilización de maquinarias y repuestos.
Luis Hernández Guanipa, de Asogata, indicó que la situación es grave. “Estamos cerca de un paro técnico. Si no tenemos los elementos para producir, entonces el último que apague la luz”.
Los voceros de las regiones aclararon que no están llamando “a un paro general”, sino que la falta de herramientas ha hecho que se paralice la producción.
Los ganaderos sobreviven la crisis reduciendo al mínimo los costos en las fincas y sacrificando reses antes del tiempo debido.
“Hemos tenido que meterle la mano al inventario, o sea, matar animales para poder pagar obreros o deudas”, dijo Hernández, quien agregó que se están cobrando precios tan bajos por carne y leche que no da para invertir e limpiar las fincas y comprar cercas, motobombas y desmalezadoras.
Destacó que requieren tractores, repuestos, equipos de ordeño, semillas, vehículos, herbicidas, poder transportar el alimento para animales sin limitaciones de los cuerpos del Estado, y aseguró que el gremio Asogata es uno de los pocos que ha logrado comprar tractores en las fábricas del Gobierno, pero siempre en cantidad inferiores a las requeridas.
“Compramos 40 tractores, pero ofrecimos comprar 300. En el país existe una demanda acumulada de 14.500 tractores, sumando las necesidades de Fedeagro. Requerimos un plan que permita que nos suministren 5.000 tractores al año para en tres años balancear la demanda, pues trabajamos con máquinas de 1978, medio reparándolas”, dijo.
Además de seguridad jurídica, se requiere una política transparente de precios y continuidad en el abastecimiento de los insumos.
El Mundo
14-05-2014
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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