El objetivo es minimizar el impacto ambiental negativo
Trino Baloa (derecha), junto con dos estudiantes, trabaja en el Instituto de Materiales y Modelos Estructurales de la UCV
Dos profesores y 14 estudiantes de la Universidad Central de Venezuela (UCV) hallaron la manera de transformar residuos generados por la industria nacional en materiales de construcción, específicamente cemento.
El objetivo es minimizar el impacto ambiental negativo que genera la industria nacional mediante la reutilización de residuos, como el aceite automotor, las virutas que se obtienen de los discos de freno de los vehículos y el catalizador gastado de craqueo catalítico que proviene de los reactores que se encuentran en las refinerías de petróleo.
Un litro de aceite de carro, por ejemplo, tiene el potencial de contaminar un millón de litros de agua potable si se le deja suelto en el ambiente, afirma Trino Baloa, investigador encargado del proyecto.
Algunos de estos residuos contienen alúmina (óxido de aluminio) y sílice (óxido de silicio) que, en conjunto con agua, puede crear un cemento con bajo impacto ambiental y con más firmeza.
Desde el 2009 que Baloa investiga usos alternativos para la creación de cemento. Inicialmente experimentó con los lodos que se producen en el embalse La Mariposa, en el estado Miranda que, por las aguas residuales que poseen, pueden contaminar los suelos. Fueron tratados utilizando temperaturas entre 600 y 900 grados Celsius durante dos horas hasta conseguir un polvo similar al del cemento.
En total maneja hasta 10 subproductos industriales, incluyendo refinadores de aceite comestible (conocido como tierra negra).
En las pruebas que realizaron en la Fábrica Nacional de Cemento, el equipo constató que el aceite automotor otorgaba una mayor resistencia al cemento cercana al 10%.
Baloa hace una advertencia. Estos residuos -que siguen en investigación en el Instituto de Materiales y Modelos Estructurales (IMME) de la UCV- no son apropiados para crear cemento con fines estructurales, es decir edificaciones altas, columnas y muros. Pero sí para aplicarlo en el pavimento, caminerías o aceras.
También señala que hacen falta más estudios. Por ahora saben la resistencia que posee el cemento, pero requieren conocer con certeza cuál es su durabilidad o adherencia.
El estudio fue seleccionado por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Innovación en una de las convocatorias para investigadores acreditados por el Programa de Estímulo a la Investigación y a la Innovación. El ente guberanmental fue el que financió el proyecto y otorgó los materiales necesarios. DGC
El Universal
25-09-2013
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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