Hacia la ciudad posible

Si el éxito electoral parece prácticamente cantado, el político se ve más cuesta arriba
MARCO NEGRÓN
Las elecciones municipales que tendrán lugar en alguna fecha de este año abren una posibilidad excepcional para emprender la reconstrucción de nuestras ciudades, víctimas de un abandono difícil de explicar durante los 14 años de "revolución".

Esa posibilidad está dada por dos factores fundamentales: de un lado la consolidación indiscutible del liderazgo de la Unidad Democrática -también, desde luego, de Capriles, pero es importante recordar que este es inseparable del primero - y del otro la circunstancia de que ella cuenta con al menos dos instrumentos importantísimos, preparados para las presidenciales de octubre de 2012 pero que siguen vigentes: los lineamientos programáticos en desarrollo urbano y vivienda y en transporte y vialidad.

Si se neutralizan las trampas y abusos electorales ya evidenciados, el ventarrón de abril abre ahora una oportunidad cierta de conquistar para la democracia las principales capitales (no sólo ellas, pero se destacan por su valor emblemático); pero traducir el muy probable éxito electoral en éxito político exige enfrentar con inteligencia dos retos mayores: la previsible permanencia durante un tiempo prolongado -ya se ha advertido que la vía de la impugnación no es breve- de un Ejecutivo frenéticamente centralista y dotado de alta discrecionalidad en la distribución de los recursos, y la presencia de 20 gobernadores de estado afectos al oficialismo, es decir una masa extraordinaria de recursos políticos y económicos que se activarán en función de hacer fracasar las gestiones de los alcaldes y concejales democráticos: si el éxito electoral parece prácticamente cantado, el político se ve más cuesta arriba y requiere de dosis abundantes de conocimiento, talento y determinación.

Que las maniobras oficialistas para frustrar la gestión de las autoridades democráticas fracasen dependerá sin duda del conocimiento que tengan estas de las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos y de su capacidad para levantar el entusiasmo, pero también de su determinación para liderar en la práctica sus movilizaciones reivindicativas: pensar y proponer una nueva e inspiradora manera de entender la vida ciudadana, pero a la vez bajar a la calle todos los días para combatir por su puesta en práctica. Por ahora será difícil empezar a construir la ciudad posible, pero se podrán echar sus bases.

marco.negron@gmail.com @marconegron

El Universal
15-05-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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