La urbanización contará con un plan especial urbano

Vecinos esperan que mejoren los servicios con la aprobación del PDUL

Los vecinos se quejan de la invasión que tienen los comerciantes de los espacios
MIGDALIS CAÑIZÁLEZ V.
El Dorado, una urbanización ubicada al Sur de Altamira, tendrá un plan especial urbano, una vez que se aplique el Plan de Desarrollo Urbano Local (PDUL) de Chacao, con el que los vecinos esperan que se reorganicen las actividades comerciales y residenciales, y además mejoren los servicios públicos.

Este urbanismo donde habitan más de 1.700 personas y hay entre 500 y 600 apartamentos y un importante número de locales comerciales, en su mayoría talleres mecánicos, colinda por un lado con Bello Campo y por el otro con La Floresta.

"Nosotros estamos entre los limites de dos zonas que son complicadas y hemos absorbidos los problemas de ambas", afirman los vecinos integrantes del consejo comunal.

Magaly Ramírez, Leonardo Plaza, Carmen Rosa Cumare de Escalante y Giovanni Corado, integrantes del consejo comunal, enumeraron los problemas que en este momento les están afectando.

Explican que El Dorado está dividido en dos zonas, una netamente residencial (del lado de La Floresta) y la otra con más de 40% conformada por locales comerciales (que limita con Bello Campo).

"Son dos realidades diferentes y de allí que en el PDUL tendremos un plan especial para reorganizar, pero no sabemos cuándo comenzarán los cambios", indicaron.

Según denuncia, en este momento el problema más grave es el ruido de las cornetas que a diario se registra desde las cinco de la madrugada, lo que ha generado que muchas de las familias se muden de este lugar.

"Por estar ubicados en una calle de servicio que sirve de vía de escape para los que se meten por La Floresta, se presentan muchos inconvenientes de congestionamiento de tránsito y no hay manera de resolverlo", afirma Ramírez.

Otro de los males es la falta de control de los comercios que están ubicados detrás de la Torre Británica, donde está la otra parte de la urbanización.

"Eso es un mundo aparte. Allí los talleres se han tomado las aceras no solo para estacionar los clientes sino para trabajar. Es decir, que no hay aceras para caminar. Además, dejan toda clase de desperdicios y esta área se halla invadida de indigentes", afirmaron los dirigentes vecinales.

Los cuatro líderes comunitarios opinan que es necesario que se regule la actividad comercial en la zona. Reconocen que hay instituciones como el Banco del Libro, que lleva allí más de 40 años, que debe tener un régimen especial.

También temen que el congestionamiento y el colapso de los servicio se agudice aún más cuando terminen de construir la megatorre de las oficinas de la Corporación Andina de Fomento (CAF) que estará ubicada en los terrenos donde quedaba el antiguo Teatro Altamira.

El Universal
24-01-2013

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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