miércoles, 19 de diciembre de 2012

ENTORNO URBANO: Viviendas y Valores


R. ALEXIS DELGADO | EL UNIVERSAL

Los valores a lo interno deben trascender también al espacio común.

Es indudable que en Venezuela el tema de la vivienda sigue siendo muy sensible. Más allá de los esfuerzos del Ejecutivo Nacional a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela, el hecho de maniatar la posibilidad de que el Sector Privado sea parte importante de la solución, ha derivado en una merma de la oferta a un importante grupo de la población que aspira algo más que una vivienda adjudicada por el Estado.

Esto a la larga generará problemas. La vivienda, además del hecho físico en sí, es un receptáculo que contribuye con el desarrollo de valores en la familia. Podemos hablar de mente sana en cuerpo sano; también, familia sana en vivienda sana. La vivienda, puede ser el semillero de graves problemas sociales derivados de hacinamiento, insalubridad, inseguridad, producto de no garantizar a la familia un espacio digno, cómodo y seguro.

Sabemos que el hacinamiento puede generar promiscuidad, que a la larga, revierte valores de moral y buenas costumbres. De igual forma, una vivienda insalubre o insegura, puede generar problemas de salud y estabilidad en el grupo familiar, obligándolos a estar "más tiempo en la calle" que en el hogar, perdiendo así el control de nuestros hijos. Las experiencias desarrolladas en Medellín, donde el mejoramiento del espacio educativo y cultural, derivó en incentivar mayor permanencia de estudiantes en estos recintos, hace indudable que un espacio confortable es imprescindible para su mayor disfrute.

Los valores que se desarrollan a lo interno de cada vivienda, deben trascender también al espacio común que se comparte. Tanto en edificaciones multifamiliares como en unifamiliares, es necesario comprender que nuestro espacio inmediato forma parte de "mi vivienda", por lo cual el mantenimiento de estos espacios es importante para conservar ambientes sanos. Por esto, creemos que en el marco de la GMVV se deben transferir las herramientas necesarias para que, quienes son beneficiados de los procesos de adjudicación de viviendas, entiendan que más allá del derecho de tener vivienda propia, también adquieren un deber con el mantenimiento y preservación de ese edificio o esa urbanización. Estos mecanismos están contemplados en las leyes, pero más allá de lo escrito en la Ley, es la conciencia que debe tener cada familia de ser partícipe en el mantenimiento y buen uso de la vivienda.

Por eso, consideramos importante que los procesos de adjudicación que se realizan a lo largo del país, sean edificios o desarrollos de viviendas unifamiliares, se acompañen de procesos de educación y formación a las familias beneficiadas, donde se inculquen valores para motivar cambios tanto en lo físico, al tener una vivienda digna, como también en cambios de conducta para hacer de nuestras ciudades lugares más vivibles y evitar su deterioro. Es importante recordar, que la vivienda es el principal patrimonio de la familia y que su conservación y preservación debe trascender de la vivienda al espacio circundante, y así tener mejores ciudades.

mdu@unimet.edu.ve

El Universal
15-12-2012

Recopilado por:
Lic. Henry Medina
Administrador del Grupo Yahoo Corredor_Inmobiliario
Asesor Inmobiliario, de Seguros e Inversiones
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