Vecinos lamentan que los principales problemas de la zona se han agravado
La soledad y la indigencia son los visitantes de los pocos espacios públicos que tiene La Vega. Inseguridad, basura, y personas ingiriendo licor ahuyentan a los vecinos FOTOS: KISAÍ MENDOZA
DELIA MENESES
En La Vega hay paredes que comparten pintas alusivas al presidente Chávez con otras del candidato Capriles Radonski. El que recorra a pie la parroquia verá las banderas rojas que ondean en algunas ventanas pero también encontrará vegueños entusiasmados con la posibilidad de un cambio.
Lejos está La Vega de ser 100% revolucionaria como afirmara el Presidente, luego del incidente en que la Policía Nacional impidió una caminata de Capriles en la zona, la semana antepasada. Los propios números del CNE desmienten esta aseveración. En las elecciones parlamentarias de septiembre de 2010, el PSUV obtuvo 30.265 votos equivalentes a 50,36% del total de los escrutinios y Primero Justicia logró 26.856 sufragios, igual a 44,70%.
José Becerrit tiene 45 años viviendo en el casco central de La Vega y recuerda la última vez que Chávez visitó la parroquia, en marzo de 2011.
"Vino a inaugurar la 'Fiesta del Agua', repartió 290 tanques plásticos y prometió acabar con los problemas de agua en el sector Las Casitas, instalando unos hidrantes que solo funcionan conectados a una cisterna. Esas familias apenas una vez al mes tienen agua en su chorro, cuando viene la cisterna, ahí es cuando aprovechan para llenar pipotes".
Desde la parte alta de La Vega, Felipe Rodríguez denuncia que ya llevan 15 días sin agua. "El mes pasado fue igual e Hidrocapital no ha atendido el llamado de los vecinos".
La otra fiesta, la del asfalto, a decir de Becerrit, "no llegó ni a matinée. Las calles de la parroquia están vueltas un desastre y las pocas que arreglaron ya han empezado a hundirse".
Desde hace un año La Vega se quedó sin estacionamientos. Los que estaban en pleno casco central los expropiaron para construir edificios, "sin ningún estudio previo de cómo van a impactar los servicios de la zona", dice Marlene Archer, la cronista de la parroquia.
Ahora hay muchas calles, como la que está atrás del antiguo cementerio, que se convirtieron en estacionamientos a cielo abierto de autobuses, gandolas y camiones.
En la parte baja de La Vega el agua ya no llega con la misma fuerza, comenta Archer y añade que los vecinos han sufrido las consecuencias del Proyecto Integral La Vega, una edificación de la Misión Vivienda.
El edificio, donde ya viven unas 40 familias, aún no tiene cuarto de basura. "Todos los desechos que allí se generan van a parar a la acera de enfrente justo donde está el Centro de Rehabilitación Integral (CRI) Alfredo Borjas".
Desde el sector La Pradera, parte alta de La Vega, Edward Chacón prefiere que las preferencias políticas no influyan en el trabajo y la organización comunitaria. "Aquí hay radicales de ambos bandos, pero yo opto por recibir todas las ayudas sin importar de donde vengan, la idea es que las mejoras se queden en la comunidad". Lo que más les afecta es el colapso de la red de aguas servidas y la ausencia de espacios públicos. "No hay canchas, queremos recuperar una que está inutilizada porque las aguas negras corren por el medio de la cancha".
A Archer, quien tiene 66 años en La Vega, le duele ver como ha cambiado la zona. Se queja de los indigentes que duermen en las aceras. "Las jardineras son un antro de suciedad donde los mendigos hacen sus necesidades". En la placita que está en la calle El Rosario nadie se sienta, hay escombros y personas consumiendo licor.
SÍNTOMAS DE LA VIOLENCIA
Para José Becerrit, con casi medio siglo en La Vega, hay señales claras de que la zona se ha vuelto cada vez más violenta. "La delincuencia ha crecido enormemente, antes teníamos transporte en la parroquia las 24 horas, ahora solo hasta las 9 pm".
Los conflictos entre las bandas que hacen vida en los 16 sectores que integran La Vega atemorizan a los vecinos. También hay colectivos armados que siembran la semilla del miedo. "Aquí todo el mundo se guarda las espaldas y muchos tienen temor de denunciar", comenta una vecina desde la Calle Real.
Hace un mes y medio, un sábado en la mañana, asesinaron al primer árabe que llegó a La Vega. "Un hombre tranquilo, muy querido, lo mataron abriendo el negocio, le dolió a toda la comunidad", dice Alfonso, un comerciante. "Al supermercado de la Calle Real lo roban a cada rato. Necesitamos más funcionarios, policías de punto. Ahora los agentes andan en grupo, se concentran en un lugar y eso no es efectivo", agrega.
INFORMALIDAD. Buhoneros arropan calles y aceras y, junto a los motorizados, contribuyen al caos del que tanto se quejan los comerciantes de la Calle Real. "Estamos aquí porque no nos han dado otra opción. Peleamos un terreno, que habíamos ganado, para levantar un mercado en la calle principal, pero decidieron construir viviendas ahí", dice Dilia, una buhonera con 50 años en La Vega.
TAREAS PENDIENTES
ASEO. Muchas aceras de La Vega desaparecen en medio de la basura, otras están obstaculizadas por contenedores, carros o escombros. Al peatón no le queda otra opción que caminar por la calle. La comunidad exige mejoras en el servicio de recolección. Hay escuelas como la Unidad Vicente Emilio Sojo y el ambulatorio Alfredo Borjas que suelen estar cercados por montañas de desechos.
SERVICIOS. En las partes altas de La Vega hay invasiones recientes. A la par que aumentan las viviendas improvisadas se agrava el colapso de la red de aguas negras. Desde la entrada de La Pradera hasta Las Torres hay 15 consejos comunales y unas 4.500 familias. Hay dos líneas de transporte que recorren la zona pero los vecinos se quejan de que el servicio es deficiente e insuficiente.
El Universal
16-07-2012
Recopilado por:
Lic. Henry Medina
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